El agua de coco es una bebida llena de energía que gracias a sus propiedades nutricionales otorga grandes beneficios al organismo de una manera rica y saludable.
El agua de coco tiene un sabor dulce y rico en azúcares naturales. Se convierte en una bebida ideal para tomar en cualquier momento del día, es nutritiva y refrescante.
El agua de coco es refrescante, contiene electrolitos esenciales, ecológico e ideal para la rehidratación. Es una fuente de cinco minerales importantes: magnesio, calcio, fósforo, sodio y potasio. Es una bebida que viene muy bien después de hacer una gran cantidad de ejercicio.
El agua de coco contiene 295mg de potasio, significa que una taza de esta bebida tiene más potasio que un banano. El potasio regula los latidos del corazón, la función muscular y los electrolitos que facilitan el funcionamiento del sistema nervioso dando un mayor funcionamiento cognitivo.
El agua de coco es un tónico digestivo y se ha utilizado para tratar diferentes dolencias como estreñimiento y parásitos, ayudando en la absorción de los alimentos y mejorando la digestión gracias a sus enzimas bio – activas.
El agua de coco estimula el sistema inmunológico y ayuda a combatir las infecciones, ya que contiene ácido-laurico que es anti-hongos, anti-viral y anti-bacterial. También se ha encontrado que es eficaz en tratamiento de infecciones fúngicas, hepatitis C, herpes y VIH.
El Agua de Coco tiene altos niveles de potasio que ayuda a prevenir ataques cardiacos y la presión arterial. También es muy eficiente con los cálculos renales y es diurético.
El agua de coco contiene una gran cantidad de vitaminas del complejo B y minerales como el zinc, selenio, yodo y azufre. Es un antioxidante y combate los radicales libres.
Baja en calorías y fácil de digerir ya que estimula el metabolismo de grasas y ayuda a balancear el sodio en el cuerpo que tiende a causar retención de líquidos. El agua de coco ayuda a eliminar el exceso de agua y toxinas del cuerpo.
Fortalece el corazón y reduce los niveles del colesterol malos. Previene la formación de coágulos de sangre y reduce el riesgo de ataques cardiacos.
Con información de: Revista Cromos