Lavar tu cabello es una de esas prácticas, como cepillar tus dientes y lavar tu cara, que son cotidianas: enjabonar, enjuagar, acondicionar, secar, peinar y seguir tu día.
Para las chicas que tienen un cabello brillante y fabuloso, no implica problema alguno, pero para el resto de las mortales esto y el uso de un shampoo que no aporte nada a su cabello puede tener grandes consecuencias.
Si estás cansada de que tu pelo luzca seco, se caiga o parezca un pajar, no trates de cortarlo, mejor checa el tipo de shampoo que debes usar según la textura de tu cabellera y dale una segunda vida.
Utiliza un champú para dar volumen y agregar cuerpo. No frotes bruscamente los productos de la ducha sobre tu cabello, esto debilita más tu cuero cabelludo. Aplica una mascarilla nutritiva en la puntas luego de cada lavado para mayor volumen.
Para dominar tu melena rebelde y evitar la resequedad, usa un champú para pelo tratado químicamente, estos aportan mayor hidratación, y no olvides el acondicionador para dar suavidad y mayor control a tus rizos.
Uno que brinde humectación intensiva. Aquellos hechos a base de aceite de coco, aguacate o semillas de uva son perfectos para nutrir tu melena desde la raíz hasta la punta.
Aléjate de los acondicionadores dos en uno. Opta por los que regulen tu pH, que limpien a profundidad, pero sin irritar tu cuero cabelludo.
Utiliza productos diseñados específicamente para las nuevas características que tiene tu melena. Procura utilizar una crema adicional que lo proteja de los rayos UV, ya que el calor hace que el color pierda su tono poco a poco.
El acondicionador sirve para dar brillo y suavidad a tu cabello, sin embargo, no es apto para todo tipo de melenas.
Si tu cabello es graso lo hará verse más pesado y sucio; si es delgado lo hará verse aún más delgado y débil, y en el caso del cabello teñido podría generar un deslave de tinte más rápido de lo normal.