Redacción / BBC News Mundo
Claire Stone es una británica que se dedica a las terapias alternativas y lleva ocho años dándose a sí misma baños de vapor vaginales.
Y, desde hace cuatro, también le ofrece el servicio a sus clientas.
Según Stone, esta práctica puede ayudar con problemas como los periodos dolorosos y la fertilidad. Quienes la promueven también le atribuyen supuestas propiedades desintoxicantes, de limpieza del útero y de reequilibrio hormonal.
Pero los médicos enfatizan que no hay evidencia científica alguna de que la vaporización vaginal tenga algún beneficio para la salud.
También insisten en que la vagina se limpia sola y que no es necesario usar ningún tipo de producto o tratamiento especial para limpiar o “desintoxicar” los órganos genitales femeninos internos, puesto que se puede romper el equilibrio de la flora vaginal.
Fue la actriz Gwyneth Paltrow, conocida por divulgar nuevas y con frecuencia controvertidas tendencias para la salud a través de su sitio web, quien le dio notoriedad a esta práctica en occidente hace unos años.
Pero hace tiempo que este tipo de baños de vapor se practican en algunas culturas, en países como Nigeria o Corea del Sur.
Ahora aparece como un servicio más en el menú de muchos spas y salones de belleza de todo el mundo. Y los datos de búsquedas en Google revelan que muchas mujeres se interesan por estas vaporizaciones genitales.
La preparación de estos baños de vapor se parece a una infusión de té. Stone dice que pone una selección de hierbas en el agua caliente que “adapta” a las necesidades de cada mujer.
“Es como una sauna para el útero“, describe.
Pero según le dijo a la BBC la doctora Virginia Beckett, del colegio oficial de obstetras y ginecólogos de Reino Unido (Royal College of Obstetricians and Gyneacologists), “no hay realmente evidencias que demuestren que los baños de vapor vaginales tienen algún beneficio”.
“Supongo que potencialmente las hierbas que se ponen en el agua caliente podrían ser absorbidas por el cuerpo”, comenta Beckett.
“No soy herbalista, pero creo que el potencial para un efecto significativo sería muy pequeño”, valoró.
Según Stone, la mayoría de las clientas que le piden esta terapia es porque tienen menstruaciones muy pesadas, irregulares o porque no se quedan embarazadas.
La terapeuta dice que el vapor ayuda a tonificar las paredes de la vagina pero Beckett opina que “eso no es científicamente posible“.
“La tonificación viene de los músculos”, apunta.
“La idea de que vaporizar la vulva, la piel de los labios exteriores del órgano, podría tener un efecto interno, no se sustenta”, explica.
Y entre las potenciales desventajas de esta práctica está la posibilidad de sufrir quemaduras y el riesgo de infección si se altera el equilibrio de la flora vaginal.
No obstante, algunas mujeres que han probado la vaporización vaginal dicen que es una experiencia relajante.
Otras aseguran que la práctica contribuyó positivamente a su bienestar general en el postparto o después de experiencias difíciles como un aborto espontáneo.
Hay quien también asegura que sintió una cierta estimulación sexual tras la vaporización.
“Yo ignoro a los que dicen que no”, dice Stone.
“Incluso si esto fuera solo un placebo, si funciona, ¿por qué no?”, se pregunta.