Redacción BBC News Mundo
En 1995, Alan Davies y su esposa, Christine, una pareja galesa, sufrió un accidente automovilístico.
Tras el incidente, Alan se convenció, por una serie de vívidos flashbacks o reviviscencias que su esposa de 31 años no había sobrevivido el accidente.
Alan decidió que Christine, quien había sufrido un traumatismo cervical, era una doble que personificaba a su esposa “muerta”.
El esposo creía que “Christine 1” había muerto y por eso mostraba poco afecto por su “doble”.
Para él, su esposa había sido reemplazada por una impostora.
El Síndrome de Capgras es un síndrome raro que provoca que un paciente se convenza de que sus parientes más cercanos, generalmente padres, esposos, hermanos o hijos, son impostores.
Se cree que puede ser causado por un daño en la conexión entre las áreas del cerebro encargadas del reconocimiento facial y su respuesta emocional.
Quien padece el síndrome puede reconocer los rostros de sus seres queridos pero no sienten la reacción emocional que normalmente se asociaría con la experiencia de verlos y de estar cerca de ellos.
Es un desorden difícil de diagnosticar y se cree que puede ser desencadenado por un trauma cerebral o craneoencefálico, una enfermedad psiquiátrica o el abuso de drogas.
Hay pacientes que incluso pueden hablar con su familiar por teléfono y reconocerlo, pero cuando lo ve, cree que es un impostor.
Otras personas pueden estar convencidas de que su mascota no es su mascota, sino también una impostora.
El síndrome lleva el nombre del psiquiatra francés Joseph Capgras.
Junto a su colega Jean Reboul-Lachaux, el doctor documentó por primera vez un caso de ese tipo a inicios de la década de 1920.
Se trataba de una mujer de 53 años que creía que su esposo, sus hijos y hasta sus trabajadores domésticos habían sido reemplazados por impostores.
Incluso pensó que ella misma tenía entre dos y tres dobles que participaban en un complot para robarle su identidad y herencia.
Al síndrome también se le conoce como la ilusión de los dobles.
“Desde 1923, cuando el síndrome Capgras fue descrito, el estudio fenomenológico ha identificado al menos ocho variantes de esta identificación errónea”, señala el artículo “Capgras Syndrome and Dangerousness” (“Síndrome de Capgras y su peligrosidad”), publicado en el Boletín de la Academia Estadounidense de Psiquiatría y Ley, en 1989.
“Desde la perspectiva psicodinámica, el delirio de Capgras se caracteriza generalmente por marcados sentimientos de ambivalencia con una falsa identificación delirante hacia una o más personas importantes para el individuo”, se lee ahí.
Los autores, Arturo Silva, Gregory Leong, Robert Weinstock y Catherine Boyer, explican que el delirio es sólo un componente de un cuadro clínico mucho más amplio y complejo.
Indican que el síndrome y sus variantes con frecuencia se asocian con la esquizofrenia paranoica, el trastorno bipolar y el trastorno esquizoafectivo.
La psiquiatra y autora Carol W. Berman también ha escrito sobre el tema.
En un artículo para el portal HuffPost, Berman relata el caso de una de sus pacientes, Janet, una joven de 24 años que un día llegó a su casa y encontró en su cama a un hombre para ella extraño, con el pijama de su esposo.
“¿Quién es usted? ¿Cómo entró en mi apartamento?”, le preguntó. “Explique rápido porque llamaré a la policía”, lo amenazó.
Janet después le explicaría a Berman que el hombre se veía exactamente a Dave, su esposo. Pero sabía muy bien que no era él.
“Como psiquiatra trato muchas condiciones raras, pero este caso era uno de los más extraños“, indica la doctora, quien tiene más de 25 años de experiencia en psiquiatría.
Cuando su paciente le contó lo que ocurrió, le preguntó: “¿Te tomaste tu medicina?”
Se refería a un antipsicótico para su esquizofrenia. Experimentar delirios, como el de Capgras, son parte de la condición.
Janet, quien también llegó a pensar que sus padres habían sido reemplazados por impostores, fue hospitalizada y su tratamiento fue reanudado. Se recuperó y continuó con su vida.
“Mi paciente sufría de una variación del síndrome de Capgras, en la que los pacientes creen que sus seres queridos son reemplazados por duplicados inexactos”, señaló la doctora.
Actitudes violentas hacia la persona que se percibe como la impostora son posibles.
Por eso, cualquier comportamiento agresivo y hostil es una alarma para los familiares y los médicos.
Silva, Leong, Weinstock y Boyer citan, en su artículo, cuatro ejemplos desgarradores de pacientes con el Síndrome de Capgras:
Los cuatro pacientes tuvieron comportamientos amenazantes y violentos contra sus parientes. Fueron hospitalizados y recibieron tratamiento médico.