De las 20 millones de piezas del Museo Nacional de Rio, devastado la noche del domingo por un incendio, los brasileños lloran en particular la pérdida de Luzia, "la primera brasileña", que vivió hace más de 12.000 años en estos parajes de las Américas.
“Luzia es una pérdida inestimable para todos los interesados en la civilización”, dijo a la AFP Paulo Knauss, director del Museo Histórico Nacional, otra institución de Rio.
“No tendremos más a Luzia. Luzia murió en el incendio”, declaró la presidenta del Instituto del Patrimonio Artístico Nacional (Iphan), Kátia Bogéa, citada por el diario Estado de S.Paulo.
Fue, además, “una muerte anunciada”, agregó, en referencia a los recortes presupuestarios que afectan la preservación del patrimonio.
Para Knauss, lo que está en juego es “un esfuerzo civilizatorio de grupos sociales que lucharon durante generaciones para construir el museo”, devorado ahora por las llamas.
La falta de recursos se da “en un ambiente de crisis institucional, de crisis de valores”, que se agrava desde hace varios años, apuntó.
“Es algo que viene de lejos, pero tenemos que dejar de hablar del pasado y buscar el futuro inmediato”, para revertir “un proceso que nos avergüenza ante las próximas generaciones”, agregó.
Los restos de Luzia fueron encontrados en 1970 en el estado de Minas Gerais (sudeste) por una misión dirigida por la antropóloga francesa Anette Laming-Emperaire.
A partir de su cráneo, un equipo de la Universidad de Mánchester (Inglaterra), dirigido por Richard Neve, realizó una reconstrucción digitalizada de su rostro, que sirvió de base a una escultura sobre su hipotética figura.
El Museo Nacional era conocido por la riqueza de su departamento de paleontología, con más de 26.000 fósiles, entre ellos un esqueleto de dinosaurio descubierto en Minais Gerais y numerosos especímenes de otras especies extinguidas (perezosos gigantes y tigres dientes de sable).
Con 6,5 millones de especímenes, su departamento de zoología incluía una excepcional colección de peces (600.000), anfibios (100.000), moluscos, reptiles, conchas, corales y mariposas.
Su herbario, con una muestra de 550.000 plantas, fue creado en 1831.
“No es solamente una pérdida para Brasil, es una pérdida para la humanidad en general”, puesto que “una parte de este patrimonio no estaba archivada en ningún otro lugar”, dijo el presidente del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) de Francia, Bruno David.
Se podría tratar de reconstituir parcialmente algunas colecciones, por ejemplo con nuevas colectas de insectos. Pero “esto no reemplazará el valor histórico de los especímenes destruidos”.
Citó como ejemplo un especimen de coleópteros, conocidos comunmente como escarabajos, que pertenecía al museo.
Con información de: © Agence France-Presse“El coleóptero recogido en 1850 era portador de mensajes de su época, a nivel de su química, su medioambiente, de lo que había comido. Todo esto se quemó. Nunca más volveremos a tener este tipo de información”, explicó.