Uno de los hijos de Joaquín Guzmán Loera, "El Chapo", siguió los pasos de su padre. Al menos frente a las autoridades estadounidenses.
Jesús Alfredo Guzmán Salazar, alias “Alfredillo”, figura desde este jueves en la lista de los 10 fugitivos más buscados por la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).
Según la ficha de “Alfredillo” elaborada por la DEA, el hijo de “El Chapo” fue acusado de “conspiración para poseer, con intención de distribuir, sustancias controladas“.
El hijo del Chapo, de 35 años de edad, aparece en la página de la DEA junto a otros líderes del narcotráfico, como Ismael “El Mayo” Zambada, del Cartel de Sinaloa; o Nemesio “El Mencho” Oseguera, del Cartel Jalisco Nueva Generación.
Según la investigación realizada por autoridades de Estados Unidos, Guzmán Salazar presuntamente coordinó con el Cartel de Sinaloa los envíos de cocaína, marihuana y heroína a ese país entre 2004 y 2005, y cuenta con una orden de aprehensión del gobierno de EE.UU. desde 2009, informa el diario El Universal.
“El Chapo”, considerado uno de los narcotraficantes más poderosos del mundo y líder del cartel de drogas más grande del continente americano, se encuentra actualmente en una cárcel de Nueva York.
Tras escaparse en dos ocasiones de cárceles mexicanas -la última de ellas, de forma cinematográfica por un túnel construido bajo una de las prisiones más seguras del país-, en 2017 el gobierno mexicano decidió extraditarle a Estados Unidos.
Los tribunales estadounidenses lo requieren por cargos como lavado de dinero, asociación delictiva y delitos contra la salud, entre otros, y ya han comenzado los preparativos de cara a su juicio.
El acusado se enfrenta a 17 cargos y podría recibir una condena de cadena perpetua si es hallado culpable.