Redacción / BBC News Mundo
La caravana avanza y los tuits de Donald Trump se multiplican.
Desde el pasado fin de semana, miles de personas procedentes de Honduras, El Salvador y Guatemala intentan llegar al sur de Estados Unidos, lo que ha despertado nuevamente la retórica antinmigrante del presidente de Estados Unidos.
En una cadena de mensajes a través de Twitter, Trump amenazó este jueves con cerrar la frontera con México y con enviar a la guardia nacional a custodiarla si el gobierno saliente de Enrique Peña Nieto no logra cerrar el paso a los inmigrantes ilegales.
“Debo, en los términos más enérgicos, pedir a México que detenga este ataque, y si no puede hacerlo, llamaré a los militares de EE. UU. Y CERRARÁ NUESTRA FRONTERA SUR”, escribió.
Previamente, el mandatario había amenazado con cortar los millones de dólares que su gobierno envía a Honduras, El Salvador y Guatemala si esos gobiernos no lograban impedir que la caravana continuara su marcha.
Y horas más tarde dio las gracias a México al retuitear un mensaje sobre el despliegue de policías federales mexicanos en la frontera sur.
No es la primera vez que Trump amenaza con eliminar la ayuda a Centroamérica o retoma su discurso antinmigrantes como consecuencia de la aproximación de un grupo grande de inmigrantes a la frontera sur.
Ya en mayo pasado, otro grupo fue el pretexto para desempolvar el tema del muro en la frontera con México -una de sus promesas de campaña-, iniciar su cuestionada política de “tolerancia cero” y para acusar al Partido Demócrata de promover una “apertura de fronteras”.
“Estoy viendo cómo el Partido Demócrata permite (porque quieren las Fronteras Abiertas y las leyes débiles existentes) el asalto a nuestro país por parte de Guatemala, Honduras y El Salvador, cuyos líderes están haciendo poco para detener este gran flujo de personas, INCLUIDOS MUCHOS CRIMINALES”, tuiteó este jueves.
Sin embargo, en las circunstancias actuales de Estados Unidos, algunos expertos consideran que la carava se aproxima en un momento decisivo para la política del país y que, por tanto, el discurso de Trump es ahora más fuerte -y con mayores implicaciones- que en mayo pasado.
“Ahora, a 19 días de las elecciones de mitad de periodo, los riesgos son mayores y su retórica es más aguda”, asegura Anthony Zurcher, analista de Estados Unidos de la BBC.
El venidero 6 de noviembre, Estados Unidos acudirá a las urnas para sus elecciones de mitad de mandato, donde se renovará gran parte del Congreso y los gobiernos de los estados.
Analistas y académicos consideran que el voto será determinante, puesto que podrá cambiar la estructura actual de las dos cámaras del legislativo, dominado ahora por el gobernante Partido Republicano.
Una encuesta reciente del Centro de Investigación Pew de Estados Unidos indicó que 77% de los demócratas se mostraron más entusiasmados que de costumbre con respecto al voto en estas elecciones, en comparación con el 59% de los votantes republicanos.
Y es que, según explica a BBC Mundo la politóloga Melissa Michelson, profesora del Menlo College, en California, uno de los elementos decisivos de estos comicios no es por quién se vota, sino cuántos electores votan.
“En las elecciones de mitad de periodo, se calcula que más de la mitad de las personas con capacidad para votar no lo hagan. No se trata tanto entonces de intentar cambiar a los electores de opción política. De hacer que demócratas voten por republicanos o viceversa. Es algo que pueda pasar, pero que no sería representativo. Lo que importa es que las personas que se identifican con un partido, voten”, indica.
En ese sentido, la académica considera que un factor fundamental entonces es que los políticos den motivos para que esas personas que no se espera que acudan a las urnas, lo hagan.
“Yo diría entonces que los actuales mensajes del presidente están más que nada dirigiéndose a esa base de electores, a la que trata de movilizar a través del miedo que genera la inmigración ilegal”, señala.
Una reciente encuesta de Fox News, un medio conservador que apoya a Trump, reveló que los probables votantes de las elecciones de noviembre están más interesados en temas como el seguro médico que en la inmigración o la seguridad fronteriza.
“El presidente, con sus tuits, está tratando de cambiar eso. Si no puede, será una elección que se peleará en un terreno incómodo para los republicanos”, opina Zurcher.
Michelson coincide en que el tema de la caravana intenta desviar el foco hacia un terreno en el que el partido de Trump oficia como celoso guardián.
Pero en su criterio, el tema puede constituir también un “mecanismo de distracción” política.
“Las intenciones de voto del Partido Republicano se ha visto afectado en los últimos meses por hechos como la elección para la Corte Suprema de Brett Kavanaugh, la investigación por la interferencia rusa en las elecciones de 2016 o ahora por las relaciones con Arabia Saudita y la desaparición del periodista Jamal Khashoggi”, señala.
“Entonces, la caravana se acerca a Estados Unidos en un momento decisivo y distraer la atención hacia ella y levantar nuevamente los miedos sobre la inmigración ilegal, puede servir para movilizar esa base electoral que quizás no tenía intenciones de votar”, señala.
Sin embargo, Nicholas Valentino, profesor del Centro de Estudios Políticos de la Universidad de Míchigan, considera que la estrategia de Trump hacia la actual caravana invoca más a “la ira y la indignación” del electorado que al miedo.
“La sabiduría convencional es que este problema funciona a favor de Trump al alimentar la ansiedad y el temor del público acerca de los inmigrantes que cometen delitos y traen drogas a EE.UU., o que dañan nuestra economía”, explica a BBC Mundo.
Sin embargo, el experto comenta que los estudios que ha realizado sugieren que el miedo a los impactos económicos o penales de la inmigración no está impulsando realmente el apoyo a las políticas de Trump.
“En cambio, la evidencia sugiere que muchos estadounidenses están muy enojados con los inmigrantes debido a las animosidades étnicas y la percepción de que estos recién llegados obtienen ventajas injustas”, comenta.
“Esta es la razón por la cual las políticas del gobierno de Estados Unidos son punitivas en lugar de intentar resolver realmente los problemas que hacen que los centroamericanos y sudamericanos huyan de sus países para venir a Estados Unidos en busca de asilo”, considera.