El color de la piel está definido normalmente por el fototipo de una persona y por su exposición al sol. Las zonas frecuentemente expuestas al sol son más oscuras que las zonas ocultas.
El pigmento natural que determina el color de la piel es la melanina, la cual es secretada por el organismo para proteger la piel de los rayos UV, que son los responsables del bronceado.
Los problemas de pigmentación están relacionados con un mal funcionamiento de la melanina, que provoca una hiperpigmentación (manchas oscuras en la piel) o bien una despigmentación de la piel (manchas más claras en la piel). En este último caso, se trata generalmente de una enfermedad, como el vitiligo o el albinismo, que necesita de atención médica.
Independientemente de su exposición al sol, la piel tiene un color natural: esa es su pigmentación.
Este color depende de algunas de las células de la piel: los melanocitos, que tienen la particularidad de producir un tipo de pigmentos conocido como «melanina» la cual asegura una protección natural contra los rayos ultravioleta (UV) emitidos por el sol.
Mejor conocidas con el término de “melanina fotoprotectora”, de color negro o café oscuro y están presentes en las personas con piel mate (protegen contra los rayos UV).
También se les llama “melanina roja o rosa” y están presentes en individuos de piel clara o rojiza (estas no protegen contra los rayos UV, por el contrario, su síntesis genera radicales libres agresivos para la piel).
Una proporción variable de estos tipos de melanina está presente en cada individuo y determina el color natural de la piel, así como el bronceado producido por la exposición al sol.
Los rayos UV pasan a través de la epidermis y estimulan las células pigmentarias de la piel (melanocitos). Algunos melanocitos son alterados permanentemente y comienzan a secretar cantidades importantes de melanina de forma continua.
Las manchas en la piel aparecen cuando la producción de melanina aumenta de forma anormal y cuando la distribución de la melanina producida en exceso no se reparte uniformemente en la superficie de la piel, acumulándose en algunos lugares y formando manchas antiestéticas.
Una exposición excesiva al sol (exposición muy intensa o de larga duración) genera una gran producción de melanina, que se traduce en la formación de manchas en la piel o «lentigos» (pequeñas manchas redondas y planas de diferentes tamaños). Las personas que trabajan en exteriores (marineros, trabajadores de la industria de la construcción…) tienden desarrollar estas manchas antes que otras personas.
En Viva la Mañana conversamos sobre el tema con nuestras expertas. No te pierdas este interesante segmento.