El tiroteo en una sinagoga en San Diego desata de nuevo el debate sobre los permisos para obtener armas. Un asunto complicado en EE.UU.
El reciente tiroteo en una sinagoga de Estados Unidos aumentó la sensación de alarma el domingo sobre un aumento en el antisemitismo, a pesar del llamado del presidente Donald Trump a superar el “mal” del odio.
Washington, Estados Unidos | AFP por Sandy Huffaker
Lori Kaye, una mujer de 60 años, murió y tres personas resultaron heridas cuando un hombre armado irrumpió en la sinagoga en la ciudad de Poway, en el sur de California, y abrió fuego el último día de la Pascua.
La policía identificó al atacante como John Earnest, de 19 años, quien había publicado comentarios en línea contra los judíos justo antes del tiroteo.
Ocurrido exactamente seis meses después de que un supremacista blanco matara a tiros a 11 personas en una sinagoga de Pittsburgh, el tiroteo del sábado planteó nuevas interrogantes sobre un aumento nacional del antisemitismo y de los delitos de odio en general, pero también sobre las a menudo polémicas respuestas del presidente a estos sucesos.
Antes del funeral de Lori Kaye, una de sus amigas más antiguas dijo que su asesinato no habrá sido en vano si sirve como una llamada de atención.
“Ella no tuvo una muerte sin sentido”, dijo Roneet Lev a la CNN. “Ella murió publicitando el problema que tenemos con el antisemitismo y para traer algo bueno a este mundo”.
El sábado, Trump ofreció sus simpatías a las víctimas durante un mitin en Wisconsin. “Nuestra nación entera lamenta la pérdida de vidas, reza por los heridos y se solidariza con la comunidad judía. Condenamos enérgicamente el mal del antisemitismo y el odio, que debe ser derrotado”, dijo.
Otros funcionarios de la Casa Blanca subrayaron esas palabras el domingo. El asesor de seguridad nacional, John Bolton, le dijo a Fox News que el ataque fue “atroz y absolutamente inexcusable”.
Pero el tiroteo se produjo solo unos días después de que el exvicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, al anunciar su candidatura a la presidencia en 2020, destacara los comentarios de Trump en 2017 sobre la marcha neonazi en Charlottesville, Virginia, que dejó un contra manifestante muerto.
Los videos mostraron a algunos manifestantes neonazis portando antorchas que gritaban: “los judíos no nos reemplazarán”, mientras marchaban en Charlottesville.
Pero Trump dijo entonces que “había personas muy buenas en ambos lados” de la protesta.
Los grupos de derechos humanos dicen que los últimos años han visto el mayor aumento de incidentes antisemitas en décadas.
Algunos críticos dicen que la retórica a menudo aguda y racialmente divisoria de Trump ha jugado un papel importante.
El Centro Simon Wiesenthal en Los Ángeles dijo en un comunicado que el último tiroteo fue “un horrible recordatorio de que las llamas del odio aún arden con fuerza entre algunos”.
Dos israelíes se encontraban entre los heridos en el último ataque, dijo un funcionario el domingo.
El primer ministro Netanyahu condenó el tiroteo como “atroz”, y agregó en una declaración que “la comunidad internacional debe intensificar la lucha contra el antisemitismo”.
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, se unió a las denuncias y tuiteó el sábado que “el antisemitismo no solo es incorrecto, es malvado”.
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