La Copa Oro, que comienza el 15 de junio, será un indicio para anticipar si Estados Unidos y México están encaminados al "siguiente nivel" del fútbol internacional.
México y Estados Unidos reinan en solitario en la Copa Oro, el torneo de naciones de la Concacaf que arranca el sábado y cuyas 13 ediciones previas han sido cómodamente dominadas por las dos potencias norteamericanas, prácticamente sin excepción.
Pero esa hegemonía no se repite cuando salen de la zona de Concacaf -que comparten con Canadá, Centroamérica y el Caribe- y deben competir con las poderosas selecciones suramericanas y europeas.
Al acercarse una nueva edición de la Copa Oro, México luce en plena forma bajo el mando del técnico argentino Gerardo “Tata” Martino, que lo tiene invicto en sus últimos amistosos.
Los aztecas vencieron el pasado domingo a Ecuador 3-2, y pocos antes se impusieron a Venezuela por marcador de 3-1, a Paraguay (4-2) y a Chile (3-1).
Estados Unidos, bajo el mando de Gregg Berhalter, no ha exhibido el mismo poderío, y lució extraviado en sus amistosos del 9 de junio, cuando cayó 3-0 ante Venezuela, y del 5 de junio ante Jamaica, con derrota 1-0.
Mientras en México los resultados han generado un clima de triunfalismo, en Estados Unidos el ambiente es de desazón al acercarse el inicio de la Copa Oro.
El comentarista mexicano David Faitelson, de ESPN, alertó en Twitter sobre el triunfalismo de los resultados mexicanos.
“Llegará el momento de medir y de establecer si Martino ha logrado llevar al futbol mexicano al ‘siguiente nivel’. Por ahora los síntomas, las sensaciones, las percepciones son buenas, pero no caigamos, por favor, en las típicas exageraciones de un futbol subdesarrollado”, escribió Faitelson.
Por su parte, Andrew Dowdeswell, del portal de fútbol estadounidense MLS Muliplex, planteó serias dudas que deja el equipo de las barras y estrellas.
“Al acercarse la Copa Oro 2019, Gregg Berhalter y sus jugadores tienen mucho que responder. Desde el personal escogido hasta las tácticas empleadas, hay mucha incertidumbre alrededor de (la selección estadounidense), lo que no es ideal antes del gran torneo veraniego”, escribió Dowdeswell.
Sin embargo, las dos selecciones sobresalen en la Concacaf, una zona que presenta escasos rivales de peso, con las excepciones de Honduras y Costa Rica en Centroamérica, y los intermitentes Jamaica y Trinidad y Tobago en el Caribe.
Prueba de ello es su dominio en las 13 ediciones de la Copa Oro, con siete títulos en poder de México, cinco de Estados Unidos, y una sola copa en manos de Canadá.
En la clasificatoria mundialista se repite un cuadro similar: Estados Unidos ha estado en 10 mundiales, con presencia consecutiva desde 1990, salvo en Rusia-2018.
Su marca solo es superada por México, con 16 mundiales en su historial. Costa Rica es el tercer combinado de Concacaf con más mundiales, con apenas cinco.
Pese a esa elevada presencia en torneos internacionales, ni México ni Estados Unidos han logrado descollar fuera del confort de la Concacaf.
México alcanzó los cuartos de final en dos Mundiales, 1970 y 1986, en los que fue la sede del máximo torneo futbolístico. Fuera de su territorio no ha alcanzado el mismo nivel.
El mejor torneo de la FIFA para México fue en la Copa Confederaciones de 1999, que ganaron los aztecas jugando de locales.
Para los estadounidenses, su mayor gloria fue el tercer lugar en el Mundial de 1930, en los albores del fútbol internacional. Luego, su mejor resultado fue alcanzar cuartos de final en el Mundial de Corea y Japón-2002, terminando octavo en el torneo.
La Copa Oro, que comienza el próximo 15 de junio, será un indicio para anticipar si Estados Unidos y México están encaminados al “siguiente nivel” del fútbol internacional.
© Agence France-Presse