Un asesino en serie que mató a seis hombres homosexuales a lo largo de la costa este de Estados Unidos en 1994 fue ejecutado este jueves en Florida.
Gary Ray Bowles, de 57 años, recibió una inyección letal y murió a las 22:58 hora local (02.58 del viernes GMT) en la Prisión Estatal de Florida, en el norteño condado Bradford.
Su ejecución se realizó con unas cinco horas de retraso sobre la hora prevista después de que la Corte Suprema desestimara una apelación de última hora presentada por su defensa.
Bowles admitió haber matado a seis hombres desde Florida hasta Maryland, si bien solo fue declarado culpable de tres muertes.
La mayoría de sus víctimas fueron encontradas en diversos estados cerca de la autopista interestatal 95, la principal ruta que se extiende por toda la costa este de EE.UU., lo que le valió el apodo de “el asesino de la I-95”.
Documentos presentados por su defensa aseguraron que Bowles, nacido en Virginia Occidental, abandonó su hogar tras sufrir abusos cuando era niño por parte de los hombres que eran pareja de su madre.
Según reconoció una vez detenido, logró sobrevivir manteniendo relaciones sexuales con hombres a cambio de dinero.
Después de dos condenas de prisión por robo, asalto y violación de su novia, se mudó en 1993 a Daytona Beach, Florida.
En sus crímenes llevados a cabo un año después, Bowles operaba de manera muy similar: ahogaba con diferentes objetos a sus víctimas, con las que generalmente se trasladaba a vivir a sus casas.
Durante este tiempo continuó ejerciendo como trabajador sexual y mantuvo una relación con una novia que lo abandonó después de descubrir su ocupación.
El hombre dijo a las autoridades que responsabilizaba a los hombres homosexuales por el fin de la relación con su pareja, según publicó el diario News Daytona Beach.
Tras cometer los crímenes, Bowles fue arrestado en Jacksonville mientras vivía con una identidad falsa.
Fue declarado culpable de matar a Walter Hinton, de 47 años, yfue condenado apena de muerte.
También se declaró culpable y recibió cadena perpetua por los asesinatos de John Hardy Roberts, de 59 años, y Albert Alcie Morris, de 37.
Sus abogados afirmaron en su apelación que el hombre tenía un alto grado de discapacidad intelectual para ser ejecutado.
Bowles se convirtió en la decimotercera persona ejecutada en Estados Unidos en lo que va del año, según el Centro de Información sobre Pena de Muerte.
En Florida, es el recluso número 99 en ser ejecutado desde 1976, cuando la Corte Suprema restableció la pena de muerte, según el diario News Daytona Beach.
Su muerte se produjo un día después de que en Texas ejecutaran a un hombre condenado por el asesinato de un estudiante de 19 años.