Su rostro ha vuelto a tomar forma después de 50.000 años.
Un equipo de investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén realizó la primera reconstrucción facial de un grupo de homínidos que fue descubierto hace poco más de una década y que es conocido como los denisovanos.
Desde que los primeros restos de este grupo que se cruzó con nuestros antepasados fue descubierto en 2008, una de las grandes preguntas que intrigaron a los expertos era cómo era su apariencia física.
Ahora, tras realizar un estudio genético del grupo, los investigadores pudieron determinar algunas características anatómicas de nuestros parientes y realizar un diseño de su cabeza y cara mediante programas infórmaticos.
Hace unos 100.000 años había varios grupos diferentes de humanos, incluidos los humanos modernos, los neandertales y los denisovanos.
“En muchos sentidos, los denisovanos se parecían a los neandertales, pero en algunos rasgos se parecían a nosotros y en otros eran únicos”, cuenta el profesor Liran Carmel, investigador de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Se cree que los denisovanos se asentaron en Siberia y en el este de Asia.
Los científicos han encontrado evidencia de vivían a gran altura en el Tíbet, transmitiendo un gen que ayuda a las personas modernas a hacer frente a elevaciones similares.
Todavía no se sabe por qué desaparecieron.
Solo llamaron la atención del mundo después de que los arqueólogos investigaron algunos restos en una cueva en Siberia hace poco más de una década.
Hasta ahora, los únicos restos de denisovanos descubiertos son tres dientes, un hueso meñique y una mandíbula inferior.
Según los estudios, alrededor del 5% de los ancestros de las personas de Oceanía pueden remontarse hasta los denisovanos.
Las reconstrucciones, basadas en complejos análisis de ADN de denisovanos, neandertales, chimpancés y humanos, muestran que el cráneo de este homínido era probablemente más ancho que el nuestro o el de los neandertales.
También parece que no tenían mentón.
Los expertos estiman que muchos rasgos de los denisovanos que son similares a los de los neandertales, incluida la frente inclinada, la cara larga y la pelvis grande.
También otras características que son únicas entre los humanos, como un gran arco dental.
El profesor Carmel le dijo a la BBC que estaba encantado de descubrir que algunas de sus predicciones hayan sido confirmadas por el descubrimiento de una mandíbula de denisovano.
“Cuando se reporto el hallazgo del hueso de la mandíbula estábamos muy emocionados de ver cómo coincidía. Fue una especie de confirmación independiente de nuestro método”, afirmó.
Las reconstrucciones fueron solo el comienzo de la investigación sobre los denisovanos, adelantó el profesor Carmel.
“Eran humanos muy similares a nosotros, por lo que señalar las diferencias entre nosotros es fundamental para comprender qué nos hace humanos y qué pudo habernos llevado a la forma en que nos adaptamos al mundo”, dijo.