Los extorsionistas vuelven a las calles mientras el país trata de reactivar su economía por el coronavirus
El lunes recién pasado dio inicio la reapertura comercial en el país, después de cuatro meses de letargo y, de forma simultánea, volvió la actividad delictiva, en su mayoría, de extorsiones.
De acuerdo con la Policía Nacional Civil (PNC), durante la primera semana de esta nueva fase, cuando se redujeron los horarios del toque de queda y el comercio reabrió sus puertas, también se registraron varios ataques armados que atribuyen a grupos de pandilleros que habían dejado de operar en los últimos cuatro meses.
David Boteo, jefe de la División Nacional contra el Desarrollo de las Pandillas (Dipanda), explicó que antes de la reapertura del país emitieron varias alertas por los riesgos que corren los comerciantes y transportistas, como ataques armados contra quienes se niegan a pagar la extorsión.
“Los sectores en riesgo son los comercios, y en los próximos días serán los transportistas”, señaló.
La principal fuente de ingresos económicos para las pandillas, agregó Boteo, son las extorsiones a comercios y buses urbanos y extraurbanos, entre otros objetivos, por lo que durante las restricciones de actividades comerciales y de circulación del transporte los grupos criminales Mara Salvatrucha y Barrio 18 dejaron de percibirlos.
“El riesgo grande es que vayan a atacar, especialmente, al transporte. El Sistema Penitenciario (SP) debe tomar el control de los imitadores y pandilleros, porque de lo contrario, se darán ataques a diario. (…) Desde el primer día —lunes pasado— que se hizo la reapertura se han visto activas las pandillas”, confirmó el jefe de Dipanda.
Estas bandas criminales, integradas en gran parte por jóvenes, volvieron a las calles durante la última semana de julio. Según la PNC, en ese lapso se registraron ataques armados y también capturas de supuestos integrantes de estas células, cuando intentaban hacer los cobros de extorsión a negocios.
Hasta el momento, la reincorporación del transporte público no se ha dado por completo, porque su regreso depende del trabajo conjunto del Ministerio de Salud con las corporaciones municipales, con el fin de establecer parámetros y verificar que las unidades cumplan con todas las medidas sanitarias ordenadas por el Gobierno, para evitar la propagación del covid-19, además de definir una posible alza al costo del pasaje.
Denuncias
La Fiscalía contra el Delito de Extorsión del Ministerio Público (MP) informó que desde el pasado 13 de marzo, cuando se confirmó el primer caso de coronavirus en el país, hasta el pasado 30 de julio, recibió 1 mil 566 denuncias por extorsiones.
En el transcurso de marzo recibió 179 denuncias, una cifra menor si se compara con el mismo período de años anteriores, debido a las disposiciones presidenciales, pero en abril comenzaron a aumentar y se presentaron 331, en mayo 371, y hasta el 30 de julio eran 387.
Raúl Figueroa, fiscal adjunto contra Extorsiones, precisó que en junio disminuyeron las denuncias porque hubo varias requisas en las cárceles Pavón, en Fraijanes, y Cantel, Quetzaltenango, desde las cuales, según las pesquisas, proviene la mayor parte de llamadas por extorsión a todo el país.
Figueroa destacó que en el 90 por ciento de las denuncias son llamadas de imitadores, y el resto, de pandilleros. “Pero en un año normal es un poco más, aproximadamente 20 denuncias diarias, y con la pandemia la cifra es menor”, dijo.
Por su parte, Boteo manifestó que buscan evitar los delitos contra la vida, ataques armados y homicidios, pero las órdenes para cometer estas acciones salen de las prisiones para que sean ejecutadas por los pandilleros que están afuera, por lo que desde hace un mes se elaboró un plan interinstitucional que ya han puesto en marcha.
“El sector que más dinero da al pandillero es el de transporte, y una vez se active el transporte urbano y extraurbano, estaremos mal otra vez”, admitió. Otro riesgo que corren los ciudadanos, comerciantes y transportistas es que los extorsionistas simulen la creación de nuevas estructuras para cobrar más cuotas, aunque los ingresos sean para las mismas organizaciones que han hecho cobros por años, hizo ver.
“Se tiene información de que los pandilleros no van a subir el monto de la cuota, sino que van a implementar otra simulando que proviene de otro grupo criminal, pero serán los mismos. Ellos van a tratar de recuperar todo el dinero que han perdido”, afirmó.
Evelyn Espinoza, socióloga especializada en criminología, considera que los pequeños negocios que estuvieron cerrados y el transporte público que fue suspendido serán de nuevo las víctimas favoritas de los extorsionistas.
“Las bandas de imitadores y pandillas quizá se vieron obligadas a diversificar sus víctimas o el tipo de actividad delictiva, pero varios operan con víctimas específicas, las cuales ya pagan, así que la apertura trae consigo la oportunidad de hacerlo nuevamente”, expresó.
Intentos de control
Carlos Morales, vocero de la Dirección General del Sistema Penitenciario, señaló que están trabajando junto al MP y la PNC para “tratar” de que no salgan llamadas desde las cárceles.
“Se está trabajando con el apoyo de la PNC y el Ejército en la vigilancia de los perímetros de los centros, y con los guardias para la búsqueda de cualquier objeto ilícito dentro de cárceles. Se habilitó un área de reflexión para que aquel privado de libertad al que se le encuentre algún teléfono o algo ilícito sea llevado allí y que comience un nuevo proceso —penal— por lo encontrado”, concluyó Morales.