Según el Consejo de Coordinación Gubernamental de Infraestructura Electoral, "no hay evidencia de que algún sistema de votación haya eliminado o perdido votos, haya cambiado votos o haya sido comprometido de alguna manera".
Funcionarios electorales estadounidenses calificaron los comicios del pasado 3 de noviembre como “la elección más segura en la historia de Estados Unidos”, rechazando las acusaciones de fraude del presidente Donald Trump.
Según el Consejo de Coordinación Gubernamental de Infraestructura Electoral, “no hay evidencia de que algún sistema de votación haya eliminado o perdido votos, haya cambiado votos o haya sido comprometido de alguna manera”.
El Consejo, en el que participan altos cargos del Departamento de Seguridad Nacional y la Comisión de Asistencia Electoral, emitió un comunicado después de Trump afirmara, sin pruebas, que se habían “eliminado” 2,7 millones de votos a su favor.
El actual mandatario estadounidense no ha aceptado su derrota a manos de Joe Biden.
Pero la victoria del candidato demócrata fue proyectada por todas las principales cadenas de televisión estadounidenses el pasado fin de semana.
Y ahora también se proyecta la victoria de Biden en el estado de Arizona, lo que sumaría 11 votos más en el colegio electoral para un total de 290, con Trump en 217.
Es la primera vez que el estado vota mayoritariamente por un candidato demócrata desde 1996.
Trump ha lanzado una serie de desafíos legales en varios estados clave y ha formulado numerosas acusaciones de fraude sin presentar evidencias.
Pero después de días de silencio, China se sumó a la lista de países que ya han reconocido la victoria de Biden al felicitar al ex vicepresidente y a su compañera de fórmula, Kamala Harris.
“Respetamos la elección del pueblo estadounidense”, dijo un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Un reducido número de países, entre los que destacan Rusia, México y Brasil, han dicho que quieren esperar un “resultado oficial”.
El anuncio es la refutación más directa de las afirmaciones infundadas de fraude electoral de Trump por parte de funcionarios electorales federales y estatales.
Además de los funcionarios federales antes mencionados, el Consejo de Coordinación del Gobierno de Infraestructura Electoral, también está integrado por los funcionarios estatales a cargo de la supervisión de las elecciones y representantes de los fabricantes de las máquinas de votación.
“La elección del 3 de noviembre fue la más segura en la historia de Estados Unidos. En este momento, en todo el país, los funcionarios electorales están revisando y comprobando todo el proceso electoral antes de finalizar el resultado”, dijo el grupo.
“Si bien sabemos que hay muchas afirmaciones infundadas y oportunidades de desinformación sobre nuestro proceso electoral, podemos asegurar que tenemos la mayor confianza en la seguridad e integridad de nuestras elecciones, y usted también debería”, dijeron en el comunicado, sin nombrar al Trump directamente.
“Cuando tenga preguntas, diríjase a los funcionarios electorales como las voces confiables que administran las elecciones”, se lee en el mismo.
La declaración se publicó en el sitio web de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (Cisa), que forma parte del Departamento de Seguridad Nacional.
Según reportes, la Casa Blanca está enojada con el director de Cisa, Christopher Krebs, por un sitio web institucional llamado Rumor Control, que desacredita la desinformación electoral.
El jueves, Krebs compartió una publicación de un experto en leyes electorales que decía: “Por favor, no retuitee afirmaciones descabelladas y sin fundamento sobre las máquinas de votación, incluso si son hechas por el presidente“.
El subdirector de Cisa, Bryan Ware, renunció el jueves, después de que la Casa Blanca pidiera su renuncia a principios de esta semana, informó Reuters.
Según la agencia noticiosa, Krebs espera ser despedido.
Horas antes de que se publicara la declaración del Consejo, Trump tuiteó que el software de votación utilizado en 28 estados le había eliminado millones de votos, pero no presentó pruebas.
La sorprendente afirmación, relacionada con el recuento incorrecto de votos en un condado de Michigan de tendencia republicana, parece haberse originado en la poco conocida cadena de televisión One America News.
Los resultados no oficiales inicialmente favorecieron a Biden, pero luego se corrigieron a favor del presidente Trump, y los funcionarios electorales estatales reconocieron lo sucedido y dijeron que el culpable había sido un error humano, más que un mal funcionamiento del software.
Por lo demás, un pequeño pero creciente número de republicanos ha estado respaldando los pedidos para que el presidente electo reciba informes de inteligencia diarios.
El senador Lindsey Graham, un aliado clave de Trump, fue uno de los que dijeron que Biden debería comenzar a recibir el memorando presidencial secreto, como es habitual con los presidentes entrantes.
Los senadores republicanos Chuck Grassley, John Cornyn y John Thune estuvieron de acuerdo, pero el líder de la minoría de la Cámara de Reresentantes, Kevin McCarthy, dijo que Biden “no era presidente en este momento” por lo que debería esperar.
Entre 10 y 20 republicanos en el Congreso han felicitado a Biden o aceptado que debe haber pasos hacia una transición. Pero la mayoría aún tiene que reconocer la victoria del presidente electo.
Un coro de demócratas de alto rango ha condenado esto, con el ex presidente Barack Obama acusando a los republicanos de estar socavando la democracia al aceptar las acusaciones de fraude del presidente Trump.
El líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, dijo que los políticos republicanos estaban “poniendo deliberadamente en duda nuestras elecciones sin otra razón que el miedo a Donald Trump“.
Y el senador Chris Coons le dijo a CNN que algunos republicanos le habían pedido que felicitara a Biden en su nombre porque no se sentían capaces de hacerlo públicamente.
Mientras tanto, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que el “circo ridículo“ montado en torno a las acusaciones infundadas de fraude significaba que se estaba desatendiendo la pandemia del coronavirus.
El consenso generalizado es que muchos legisladores republicanos no quieren alienar a los seguidores de Trump, quien recibió más votos que cualquier otro presidente en ejercicio de la historia de EE.UU., aunque no suficientes para evitar la derrota.
También se dice que los peces gordos del partido esperan que Trump ayude a hacer campaña para dos elecciones de segunda vuelta del Senado que se celebrarán en enero en Georgia y decidirán si los republicanos retienen el control de la cámara alta.
Biden va 5,3 millones de votos por delante de Trump, una ventaja de aproximadamente el 3,4%, y suma muchos más votos en el colegio electoral que los 270 necesarios para ganar la presidencia.
Trump, por su parte, ha mantenido un perfil público relativamente bajo desde las elecciones, pero los informes sugieren que les ha dicho a sus amigos que quiere iniciar una empresa de medios digitales para enfrentarse a la cadena conservadora Fox News, con la que está enojado.
Según CBS News, Trump también está discutiendo abiertamente una posible campaña en 2024 para regresar a la presidencia.