Ayunar y bañarse con agua fría no fortalece el sistema inmunitario en pocos días
Un texto con varios consejos para supuestamente fortalecer el sistema inmunitario y proteger del nuevo coronavirus ha sido compartido más de 18.000 veces en redes sociales desde el pasado 22 de mayo.
Entre otras cosas, dice que el sistema inmune se puede fortalecer en pocos días con ayuno, baños de agua fría y meditación, lo que reduciría la cifra de casos graves de COVID-19. Pero algunas de las afirmaciones de la larga lista viralizada son falsas o imprecisas y otras no tienen suficiente sustento científico, de acuerdo con especialistas.
“¿En qué momento se le ha explicado a la población que todos tienen la capacidad de fortalecer naturalmente su sistema inmunológico en unos pocos días (los jóvenes) o en unas pocas semanas?”, dice una publicación en Facebook.
El mensaje, que circula en Facebook (1, 2, 3), Twitter (1, 2) e Instagram (1, 2), así como en portugués, advierte sobre los supuestos riesgos para el sistema inmune derivados del uso de alcohol en gel y el consumo de comida chatarra.
En algunas entradas, los consejos fueron atribuidos a un “naturópata francés” pero al que no se lo identifica.
En la mayoría de las publicaciones se incluye la imagen de un cuerpo humano con algunos componentes del sistema inmunológico, ilustración que fue subida el 9 de marzo de 2013 a la plataforma de venta de imágenes y fotografías CanStock Photo.
A continuación, verificamos las afirmaciones en el texto viralizado.
La piel y el sistema inmunológico
El mensaje asegura que el alcohol en gel, cuyo uso se ha recomendado para prevenir contagios del nuevo coronavirus, “elimina la primera barrera inmune natural de nuestro cuerpo” y vuelve la piel más sensible a los virus.
Pero el alcohol en gel no elimina por completo las bacterias “buenas” de la piel y su uso no aumenta el riesgo de contagio, explicaron a AFP Factual la dermatóloga Laura Ramos y el infectólogo Oscar Tamez, ambos especialistas de TecSalud, el sistema de salud de la universidad privada mexicana Instituto Tecnológico de Monterrey.
El uso de alcohol en gel destruye patógenos, como el nuevo coronavirus, evitando que se introduzcan en el organismo al tocar la cara, pero no representa “un cambio significativo como para decir que estamos atenuando el sistema inmune”, asegura el infectólogo.
La capa más superficial de la piel es el estrato córneo y en él se encuentran bacterias benéficas y lípidos o grasas, que con el alcohol en gel “sufren cierta modificación”, pero vuelven a regenerarse, explicó la dermatóloga.
Tamez señaló que estas bacterias también habitan los estratos más profundos de la piel y vuelven a colonizar el estrato córneo cuando, mediante señales moleculares, detectan que han sido eliminadas las bacterias en la superficie.
Los únicos efectos adversos que puede ocasionar la frecuente higiene de manos, afirmó Ramos, son la resequedad o irritación de la piel, que se pueden atenuar usando agua tibia y no caliente durante el lavado de manos y, en el caso del alcohol en gel, evitando aquellos con fragancias o colorantes agregados.
Fortalecimiento del sistema inmune
El texto viralizado dice que todas las personas “tienen la capacidad de fortalecer naturalmente su sistema inmunológico en pocos días”, en particular los jóvenes, o “en pocas semanas”.
“No existe un estudio como tal que hable de fortalecimiento o debilitamiento del sistema inmunitario, en pocos días o en muchos días”, dijo a AFP Factual Alejandro Garza Alpírez, médico internista con especialidad en inmunología clínica del Hospital Zambrano Hellion, en México.
Además, la publicación viral menciona la efectividad de “los aceites esenciales antivirales, demás de vit C en altas dosis y minerales traza como zinc y selenio [sic]”, pero el doctor José Antonio Ortega, profesor de la cátedra de inmunología en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, señaló que estos “tardan meses” en lograr su efecto.
Estimular el sistema inmune, añade la entrada, “fortalecería nuestras defensas contra él [el nuevo coronavirus] y, por lo tanto, reduciría la proporción de casos graves”.
El ejercicio y una nutrición adecuada pueden mejorar la salud del sistema inmune y al mismo tiempo “ayudar a disminuir las enfermedades como la diabetes, o la hipertensión, o la obesidad”, señaló Ortega. Estas enfermedades han sido asociadas a mayor probabilidad de cuadros graves de COVID-19.
Estudios limitados
La publicación resalta los supuestos beneficios para el sistema inmunitario de los baños de agua fría, el ayuno, el consumo de plantas y la meditación. Aunque sí existen estudios científicos que han abordado estos temas, son limitados y no concluyentes.
Sobre tomar una ducha fría, la entrada asegura que “en pocos días aumenta el nivel de ciertos linfocitos T”. Un estudio de 1995 mostró una tendencia a la alza en los linfocitos T, una célula del sistema inmunológico, en individuos que se sometieron a inmersiones en agua fría durante seis semanas, contó Garza, pero “si tu te metes a bañar ahorita con agua fría no es que ya tu sistema inmune esté más preparado para defenderte, no es así”, precisó.
Un estudio más reciente, realizado en 2015 con 3.018 voluntarios, mostró que quienes siguieron una rutina de baños con agua fría durante al menos 30 días se ausentaron en menos ocasiones por enfermedad al trabajo que quienes no siguieron la rutina, aunque entre quienes sí se enfermaron no se detectó una reducción en el número de días que de enfermedad en comparación con el grupo de control.
Ortega, especialista en inmunología, añadió que “se ha encontrado que los cambios de temperatura sí pueden afectar la forma en la que respondemos hacia las infecciones en general, pero en especial en las infecciones por virus respiratorios como éste [el nuevo coronavirus], las temperaturas bajas en las mucosas respiratorias favorecen más la diseminación del virus”.
“El ayuno fortalece el sistema inmunitario en solo 3 días”, continúa la publicación viralizada. Los especialistas coincidieron en que no fortalece el sistema inmunológico, sino que lo modula, provocando una “desinflamación generalizada del cuerpo”, un efecto benéfico para la salud en general, expicó Garza, con especialidad en inmunología clínica.
Además, el ayuno intermitente favorece la autofagia, que es el reciclaje de los componentes internos de la célula, mecanismo durante el cual pueden ser eliminados organismos invasores, como los virus, afirmó Ortega.
Varios estudios han demostrado que periodos de ayuno intermitente reducen la cantidad de células inmunológicas que causan inflamación, como este realizado en 2009 con la participación de 50 personas musulmanas que ayunaron durante el mes del Ramadán.
La entrada viralizada menciona que “plantas como la equinácea, el astrágalo, el saúco, el escaramujo, en sus formas concentradas, aumentan las defensas inmunes en unas pocas semanas”.
Sobre esto Garza afirmó que sí hay hierbas consideradas como “inmunofavorecedoras” y las que se han estudiado con mayor profundidad son la equinácea y el astrágalo. Sin embargo, precisó: “no hay resultados tajantes, concluyentes” sobre qué parte de la planta se debe consumir y, en el mejor de los casos, “pueden tener preparado el sistema inmune para actuar de mejor forma pero no van a prevenir enfermedades”.
Sobre el el saúco y el escaramujo afirmó que “no sabemos de forma adecuada cómo funcionan, por qué medios y qué efectos tienen en el cuerpo”, añadió.
En cuanto a la meditación, sobre la cual la publicación destaca su “rápida efectividad (…) para fortalecer el sistema inmunológico”, Ortega dijo que “no se ha demostrado un efecto directo (…) existen muchos factores no controlados como la forma en que se realiza la meditación, la experiencia previa que se tiene para meditar”.
Algunos estudios han mostrado la influencia de esta práctica en el sistema inmunológico.
Por ejemplo, una revisión de 20 estudios publicada en 2016 concluyó que existe “evidencia replicada, pero tentativa” de que la meditación “mindfulness” se asocia con procesos del sistema inmunológico relacionados con la inflamación, la inmunidad y el envejecimiento biológico.
Los autores coinciden en la necesidad de investigaciones adicionales para determinar el alcance de estos hallazgos.
Dieta y sistema inmune
La entrada compartida en redes sociales añade: “¿Por qué no decirle a la gente que comer basura, como los productos industriales, procesados y refinados es lo primero que destruye nuestras defensas inmunes?”.
Comer productos industrializados y refinados no destruye las defensas directamente, pero su consumo excesivo “puede ocasionar alteraciones metabólicas (…) que afecten el funcionamiento de muchas de nuestras células”, incluyendo las inmunológicas, afirmó Ortega, especialista en inmunología.
De acuerdo con este informe publicado en 2019 por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), “se ha demostrado que un elevado consumo de productos ultraprocesados (formulaciones industriales) se asocia con obesidad en todos los grupos de edad”. La diabetes es una de las alteraciones metabólicas asociadas a la obesidad que afecta al sistema inmune.
El texto compartido en redes afirma que “las verduras y frutas vivas, crudas, locales y de temporada son la mejor manera de fortalecer rápidamente nuestras reservas minerales, necesarias para la inmunidad”.
Ortega dijo sobre eso: “en general sí”, pero el efecto “no es tan rápido como para verlo en días o semanas, sino tal vez en meses o años”, agregó.
“¿Por qué no hablar sobre la efectividad de los aceites esenciales antivirales, demás de vit C en altas dosis y minerales traza como zinc y selenio? (sic)”, pregunta la publicación.
La AFP ya ha verificado afirmaciones similares consultando a especialistas que coinciden en la nula efectividad de la vitamina C para prevenir enfermedades como el nuevo coronavirus, aunque han señalado que sí refuerza el sistema inmunológico.
La publicación viral también afirma que “el miedo es inmunosupresor”. Los especialistas consultados por la AFP coincidieron en que el estrés crónico afecta al sistema inmunológico, e incluso puede provocar enfermedades autoinmunes. Por otra parte un miedo agudo o de corta duración provoca un aumento del cortisol, la glucosa y la presión arterial, dijo Garza.
En cuanto a la meditación, sobre la cual la publicación destaca su “rápida efectividad (…) para fortalecer el sistema inmunológico”, Ortega dijo que “no se ha demostrado un efecto directo (…) existen muchos factores no controlados como la forma en que se realiza la meditación, la experiencia previa que se tiene para meditar”.
Para estimular el sistema inmunológico lo mejor es llevar una alimentación equilibrada, cuidar el peso y realizar actividad física acorde a la edad, coincidieron los especialistas entrevistados.
En conclusión, no es cierto que el alcohol en gel vuelva la piel más sensible a los virus y no hay suficiente evidencia para afirmar que la meditación, el ayuno, los baños de agua fría o el consumo de plantas fortalezcan el sistema inmunológico, aunque sí son conductas benéficas para la salud en general.