La sala penal de la Corte Suprema de Justicia de Colombia avaló la extradición a Estados Unidos de Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, máximo jefe del clan del Golfo, requerido en ese país por cargos de narcotráfico.
Otoniel, quien era considerado el narcotraficante más buscado de Colombia, fue aprehendido el pasado octubre en el Cerro de Yokí, cerca de la población de Necoclí, departamento de Antioquia, en el noroccidente del país sudamericano.
Por su captura se ofrecían dos recompensas: US$800.000 del gobierno de Colombia y US$5 millones de EE.UU.
Otoniel, de 50 años, no es sólo un poderoso narcotraficante, jefe del temido Clan del Golfo, que hoy controla cerca de 300 municipios del país (25% del total), sino que además es autor de masacres, desplazamientos, secuestros y fue acusado de pedofilia.
Otoniel es requerido por una corte del Distrito Sur de Florida (EE.UU.) por delitos de tráfico de drogas, homicidio y uso de armas de fuego.
En el escrito de acusación que fue enviado al Ministerio de Justicia colombiano por parte de las autoridades estadounidenses, se indica que bajo sus órdenes la banda criminal del clan del Golfo llevó a cabo una guerra sin cuartel con el fin de apoderarse de las rutas para el envío de cocaína a Centroamérica y Norteamérica.
En octubre el presidente Iván Duque calificó su captura como “el golpe más duro que se le ha propinado al narcotráfico en este siglo en nuestro país” y un golpe que “marca el final del clan del Golfo”.
Si embargo, expertos consultados en ese momento por BBC Mundo consideraron que, si bien la detención era un éxito importante, no significa necesariamente el fin del clan del Golfo y mucho menos del narcotráfico en Colombia.
Considerado como un gran cartel, el clan del Golfo era conocido inicialmente como los Urabeños, por la región del Urabá donde opera, aunque sus tentáculos se extienden a gran parte del país y más allá (miembros del grupo han sido capturados en Brasil, Argentina, Perú, España y Honduras).
En su núcleo ha estado un clan familiar, los Úsuga, al que no solamente han pertenecido Otoniel y Giovanni sino también varios primos y otros familiares cercanos.
Otoniel tomó el mando del clan luego de que la policía diera muerte a su hermano Juan de Dios en 2012.
A fines de marzo la Policía Nacional colombiana entregó a las autoridades estadounidense a Carlos Antonio Moreno Tuberquia, alias Nicolás, segundo cabecilla del clan del Golfo, después de alias Otoniel, así como a Luis Ángel Úsuga Murillo, primo de ‘Otoniel’, quien es señalado como inversionista y coordinador de embarques de droga del clan.
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