La planta nuclear de Zaporiyia se mantiene ocupada por las tropas rusas desde comienzo de marzo.
El personal de la planta de energía nuclear ocupada de Zaporiyia le dijo a la BBC que los mantienen trabajando a punta de pistola, al tiempo que las tropas rusas usan este espacio como base militar.
Las fuerzas rusas ocupan la planta nuclear más grande de Europa desde principios de marzo. Sin embargo, la instalación todavía es operada por técnicos ucranianos.
Moscú ha sido acusada recientemente de utilizar la planta como escudo, mientras sus tropas lanzan cohetes desde allí hacia lugares cercanos.
Se informó de nuevos bombardeos este jueves, y el secretario general de la ONU, António Guterres, emitió una nueva advertencia sobre los combates cerca del sitio nuclear que “llevarían al desastre“.
Dos trabajadores reportaron a la BBC que cada día reciben amenazas de secuestro y dijeron que temen la “contaminación radiactiva de la región en general” o una catástrofe nuclear.
En la ciudad sureña de Nikopol se encuentra un mirador. A orillas del río Dnipro es posible ver la planta de energía nuclear de Zaporiyia, a unos 16 kilómetros de distancia del agua.
Es un lugar que ha sufrido fuertes bombardeos en las últimas dos semanas, con hasta 120 cohetes reportados en una sola noche.
Vienen de Enerhodar, la ciudad donde se encuentra la planta.
A su vez, Enerhodar y la central eléctrica también han sido objeto de intensos ataques.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) afirma que existe un “riesgo real de desastre nuclear”, a menos de que cesen los combates y se permita el acceso a los inspectores.
Ucrania y Rusia se culpan mutuamente. El panorama es turbio, pero los riesgos son muy claros.
“Mi día laboral es un estrés constante”, dice Svitlana, quien nos contacta por mensaje de texto.
Ella y su compañera de trabajo Mykola ahora solo pueden usar tarjetas SIM rusas y la señal es muy limitada. No revelamos sus nombres reales por seguridad.
“Ya no puedo trabajar como antes”, dice Svitlana. “La última semana ni siquiera he podido ir a mi lugar de trabajo, es peligroso“.
“El sábado hubo un bombardeo de la estación de nitrógeno y oxígeno, lo que causó un incendio. Por algún milagro, las personas que trabajaban allí sobrevivieron”.
Otro residente de Enerhodar dice que los precios de las tiendas y farmacias ahora son cuatro veces más altos que en el territorio que aún controla Ucrania, además de que hay escasez de médicos.
La mayoría de los cajeros automáticos también están cerrados.
Svitlana ha trabajado en la planta durante muchos años y dice que los proyectiles han caído cerca de ella todos los días.
“La situación psicológica es difícil”, añade. “Los soldados caminan por todas partes con armas y en realidad todos estamos a punta de pistola”.
Rusia está acusada de colocar allí a unos 500 soldados. Imágenes recientes han mostrado vehículos militares en el interior, y Svitlana no tiene dudas de que el lugar se está utilizando como base.
“Todos los días conducen de un lado a otro en sus vehículos militares”, añade.
“Colocaron su equipo militar justo en los edificios de la estación, para que fuera imposible que las fuerzas armadas ucranianas atacaran”.
Llega un texto de Mykola: “El personal ahora es rehén de los rusos“, dice.
“Apagaron internet, dejaron solo teléfonos fijos y la comida está disponible en un solo comedor. Convirtieron lo demás en sus bases”.
A Ucrania le preocupa que Rusia haya comenzado a bombardear el área que ocupa para tratar de crear una narrativa falsa como: “Ucrania te está atacando, así que mejor vota para unirte a Rusia para que podamos arraigarnos y protegerte”.
Los políticos instalados en Moscú para la región de Zaporiyia acaban de firmar una orden para que se celebre un referéndum pronto. Rusia ha organizado votaciones falsas en el pasado, como con Crimea, península que se anexó en 2014.
Mykola continúa: “El acceso a los techos está prohibido, instalaron sus puntos de observación allí. El edificio de entrenamiento también se convirtió en su cuartel“.
“Ahora, cada vez con más frecuencia, el personal es secuestrado justo al salir del turno en la puerta de seguridad”.
No se sabe por qué ocurre el secuestro, pero los residentes pintan un panorama de intimidación mientras los rusos buscan establecer la ley.
Svitlana y Mykola también cuentan que los rusos dejan basura por todas partes.
Aseguran que el personal aún puede monitorear el reactor adecuadamente.
Hryhoriy Plachkov, exjefe de la Inspección Estatal de Regulación Nuclear de Ucrania, asegura que los riesgos son “grandes” mientras los rusos controlen la central eléctrica de Zaporiyia.
Admite que los rusos tardarían “dos o tres” meses en redirigir la energía a su propia red, si ese fuera su objetivo.
Enerhodar es parte de una línea del frente del sur que ha visto combates más intensos en las últimas semanas.
Sin embargo, todavía hay muy poco movimiento, lo que sugiere que la central nuclear más grande de Europa seguirá escapando del control de Ucrania.
* Reportería adicional de Daria Sipigina y Hanna Chornous.