Besos y cepillos de dientes: 4 mitos de los años 80 sobre el VIH/ sida que aun perviven
Y cada 1ro de diciembre, el Día Mundial del Sida busca crear conciencia acerca de la enfermedad. 2016 marca el trigésimo quinto aniversario de los primeros informes que se publicaron acerca de lo que se conoce como VIH/sida.
BBC Mundo
Ha causado la muerte de más de 35 millones de personas, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.
Y cada 1ro de diciembre, el Día Mundial del Sida busca crear conciencia acerca de la enfermedad. 2016 marca el trigésimo quinto aniversario de los primeros informes que se publicaron acerca de lo que se conoce como VIH/sida.
Desde entonces, se ha recorrido un largo camino.
En la década de los ochenta, las expectativas y la calidad de vida de una persona con el virus eran bajas. Era muy poco lo que se sabía acerca de la enfermedad y de su forma de contagio.
Pero hoy en día todavía existen prejuicios, estigmas y creencias erróneas con respecto a algunos aspectos relacionados con la enfermedad.
Por ejemplo, una encuesta reciente llevada a cabo por YouGov mostró que algunas actitudes en Reino Unido todavía reflejan las que había en los años 80.
Aquí referimos algunas de estas concepciones erróneas.
Puede transmitirse a través de un beso
No. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, indica que los ósculos con la boca cerrada o los que se dan socialmente, a manera de saludo, con alguien que tiene el virus del VIH, no son riesgosos desde el punto de vista de contagio.
Tampoco es posible que la enfermedad se transmita a través de la saliva, las lágrimas o el sudor de una persona que es VIH positiva, siempre y cuando esas secreciones no estén mezcladas con la sangre de la persona infectada.
De igual forma, no hay riesgo de contagio cuando se comparten platos o cubiertos, se utiliza el mismo retrete, poceta o taza, cuando se da un apretón de manos o un abrazo.
Y tampoco por compartir un cepillo de dientes con una persona infectada: el virus no sobrevive fuera del cuerpo humano.
En lo que respecta a los fluidos, la transmisión del virus puede ocurrir a través de la sangre, el semen, la leche materna y los fluidos rectales y vaginales, según especifica el CDC.
La expectativa de vida de es menor
No necesariamente.
Si la persona que tiene el virus inicia el tratamiento con antirretrovirales poco tiempo después de que la condición se le diagnostica, lo sigue al pie de la letra y se somete a controles médicos regulares, su expectativa de vida es similar a la de quienes no tienen la enfermedad.
Esto de acuerdo a AIDS.gov, una organización del gobierno estadounidense que ofrece información acerca del virus y la enfermedad.
A diferencia de lo que ocurría cuando la enfermedad se descubrió, en la década de los ochenta, en la actualidad es posible que una persona con VIH tenga una buena calidad de vida.
Según AIDS.gov, hoy en día es una enfermedad que se puede controlar. Si no se trata a tiempo, sin embargo, puede ser mortal.
No es posible tener relaciones sexuales con alguien que tiene el virus sin contraerlo
Sí es posible que no haya contagio tras un encuentro sexual.
La cantidad de virus que está presente en el cuerpo se conoce como carga viral.
Generalmente, cuando se contrae el VIH, esa carga viral es bastante alta: millones de copias del virus por mililitro de sangre.
En ese momento, el riesgo de contagio es elevado, de acuerdo a lo que explica Aidsmap, una ONG que se dedica a informar acerca del VIH/sida.
El objetivo de los tratamientos con antirretrovirales es, justamente, reducir esa carga viral. En los casos en los que la terapia es efectiva, el virus no puede detectarse con los exámenes que suelen utilizarse para diagnosticar la enfermedad.
Cuando esto ocurre, “las posibilidades de contagiar a alguien con el virus disminuyen radicalmente”, según señala Aidsmap en su sitio web.
Sin embargo, el CDC advierte que una persona VIH positiva podría transmitirle el virus a su pareja, incluso con una carga viral baja, en las siguientes circunstancias:
- La medición de la carga viral se hace con un examen de sangre, pero el virus puede estar presente en los fluidos genitales, solo que no es posible cuantificarlo.
- La carga viral puede aumentar en el tiempo que transcurre entre una prueba y otra. Si esto ocurre, el riesgo de contagio aumenta.
- Otras enfermedades de transmisión sexual incrementan la carga viral en los fluidos genitales.
Las personas con VIH, inevitablemente, le transmiten la enfermedad a sus hijos
No. Dos personas VIH positivas pueden tener un hijo VIH negativo.
Una madre puede transmitir el virus durante el embarazo, al momento del parto o a través de la leche materna.
Sin embargo, las posibilidades de que esto ocurra disminuyen si la madre y el bebé se someten a un tratamiento con antirretrovirales, según el sitio web del Departamento de Asuntos de Veteranos de EE.UU.
En el caso de la futura madre, lo ideal es iniciarlo antes del momento de la concepción y continuarlo durante el embarazo. Por su parte, el bebé, tiene que recibir la medicación durante las primeras seis semanas de vida.
Mientras más baja sea la carga viral, menos posibilidades de contagio habrá.
“Cuando la carga viral es tan reducida que no puede detectarse en los exámenes, el chance de que un bebé nazca con VIH son de 2 en 100”, indica el Departamento de Asuntos de Veteranos de EE.UU.