Mientras científicos consideraron que las temperaturas medias han subido en todo el planeta y es muy probable que este incremento continúe, los efectos en cada región tendrán sus propias características.
El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) analizó en su informe cómo el calentamiento global cambiará cada región del planeta, incluyendo América Central y Sudamérica.
Cada zona sufrirá cambios que son comunes a todo el planeta y otros que son propios de los ecosistemas locales.
Mientras los científicos del IPCC consideraron que las temperaturas medias han subido en todo el planeta y es muy probable que este incremento continúe, los efectos en cada región tendrán sus propias características.
Esto se espera en América Central y Sudamérica.
Es “muy probable” que las temperaturas medias hayan aumentado en toda esta región y que sigan subiendo a un ritmo mayor que la media mundial.
Por otra parte, se prevé que las olas de calor marinas aumenten -tanto en intensidad como en duración.
Se prevé que la precipitación media cambie, con aumento muy probable de precipitaciones en el noroeste y sureste de Sudamérica y disminución probable de precipitaciones en el noreste y suroeste del continente.
Los ciclones tropicales (con mayores precipitaciones), las tormentas severas y las tormentas de polvo serán más extremos en el Caribe, en el norte y sur de Centroamérica.
Tanto en el sur de Centroamérica como en Sudamérica es muy probable un aumento en el número de días secos y una mayor frecuencia de sequías.
El aumento de factores como la sequedad, la aridez del suelo y el mayor riesgo de incendios forestales tendrá consecuencias potenciales en más de un sector, desde la agricultura, la conservación de bosques, la salud y los ecosistemas.
Es muy probable que continúe el aumento relativo del nivel del mar en los océanos que rodean América Central y Sudamérica.
Esto contribuirá a un incremento en el número de inundaciones en las zonas costeras bajas y al retroceso de la línea costera a lo largo de la mayoría de las costas arenosas.
En la zona cordillerana del norte de Sudamérica se considera muy probable una menor cantidad de nieve y hielo.
La pérdida de volumen de los glaciares y el deshielo del permafrost probablemente continúe en la cordillera de los Andes bajo todos los escenarios previstos por el IPCC.
Esto provocará un menor caudal en la corriente natural de los ríos y un mayor riesgo de inundaciones por el derretimiento de los lagos generados por los glaciares.