Se estima que hay más virus en la Tierra que estrellas en el universo.
La información puede sonar aterradora en medio de una pandemia viral, y más teniendo en cuenta que los científicos predicen que habrá crisis similares o más destructivas que las de la covid-19 en el futuro.
Pero la ciencia también matiza: la investigación llevada a cabo con los virus conocidos hasta ahora muestra que menos del 10% de ellos son dañinos para los humanos.
La gran mayoría, de hecho, no causa problemas de salud y varias especies fueron esenciales para que surgiera la vida en la Tierra y hoy lo son también para que siga existiendo.
Algunos incluso nos protegen de enfermedades bacterianas.
La estimación es que hay un quintillón (el número 1 seguido de 30 ceros) de ejemplares de virus en el planeta (para que te hagas una idea de la cantidad que es, los humanos somos 7.000 millones), pertenecientes a 6.500 especies ya catalogadas, y a día de hoy hay además cientos de miles que ni siquiera se conocen, le explica a BBC News Brasil el biólogo y virólogo Rodrigo Araújo Rodrigues, de la Universidad Federal de Ouro Preto (UFOP) de Brasil.
Según la investigadora Ana Cláudia Franco, del Laboratorio de Virología del Instituto de Ciencias Básicas de la Salud (ICBS) de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS), la gran mayoría de los virus que existen en el planeta infectan a otros seres vivos distintos a los humanos.
“Incluso entre los que se replican en humanos, la mayoría no causa enfermedades graves“, asegura.
Además, según ella, es importante dejar claro que, desde un punto de vista evolutivo, al virus no le interesa ser muy agresivo o letal para su huésped.
Porque si causa el deceso, el virus es incapaz de replicarse y tiene que “encontrar” un nuevo huésped antes de que sea inactivado en el ambiente (por la acción de desinfectantes, luz ultravioleta, calor y otros medios).
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Rodrigues, de la UFOP, estima que menos del 10% de los virus conocidos son capaces de infectar y causar algún tipo de enfermedad en humanos.
Sin embargo, algunos pueden ser perjudiciales de forma indirecta, al afectar a animales y plantas de interés comercial, lo que lleva a una caída en la producción de alimentos”, dice.
Pero estos tampoco son muchos.
“La mayoría de los virus del planeta son parásitos de bacterias y, en ese sentido, nos aportan enormes beneficios”, afirma Rodigues.
“Son los encargados de controlar la población bacteriana y evitar que el planeta sea consumido por ellas. Por tanto, no solo los humanos, sino todos los seres vivos dependen mucho de ellos para su propia supervivencia”, añade.
El investigador Fabrício Campos, del área de Ingeniería de Bioprocesos de la Universidad Federal de Tocantins (UFT), tiene una estimación más conservadora del número de especies de virus que pueden causar enfermedades: “Es menos del 1%”.
“Hay una tendencia a estudiar y dedicar una mayor cantidad de recursos a aquellos que causan daños económicos a la producción de alimentos o que ponen en riesgo nuestra salud”, describe.
Así, es muy fácil hacer una lista de virus que causan enfermedades, desde un rinovirus que provoca un resfriado -podemos tener unos 50 resfriados por rinovirus a lo largo de la vida- hasta el virus del ébola, considerado uno de los más letales.
“Pero solo en nuestro genoma (que tiene 3.200 millones de pares de bases, la unidad que forma la construcción del ADN) tenemos el 8,3% de genes virales (alrededor de 265 millones de pares) como resultado de infecciones que ocurrieron hace miles de años y que fueron nos transmitieron nuestros antepasados”, explica.
Estos virus se denominan retrovirus endógenos y forman parte del ADN humano.
“Es muy posible que este porcentaje de genomas virales y su forma de inserción aleatoria hayan moldeado cómo somos hoy”, asegura Campos.
“Por lo tanto, podemos decir que todos somos un poco virus. Si tenemos 30 billones de células en nuestro cuerpo y otros 100 billones de bacterias, y todas estas células y bacterias podrían potencialmente infectarse con virus, en realidad somos un montón de ellos caminando”, detalla.
Las diferentes especies, agrega Campos, están compitiendo por espacio y comida en el organismo en todo momento.
“Cada vez que una determinada población de bacterias se multiplica en exceso, los virus actúan para controlar este crecimiento excesivo de bacterias, previniendo infecciones y manteniendo nuestra buena salud”, explica.
“Si no fuera por los virus, es muy probable que todos tuviéramos diarrea constante”, grafica.
A pesar de su importancia para la vida en el planeta, para bien o para mal, todavía existe un gran debate en la comunidad científica sobre si los virus son seres vivos o no.
“Desde el punto de vista biológico, podemos considerar dos situaciones: cuando un virus está fuera de su anfitrión no es un ser vivo, ya que no se reproduce y no evoluciona”, explica Rodrigues.
“Pero, una vez dentro, estaría vivo, porque se reproduce y evoluciona de forma natural”, prosigue.
Y concluye: “Pero independientemente de (ser considerado) vivo o no, tienen un impacto muy profundo en nuestro planeta y en nuestra vida en general”.
Hace mucho que esto es beneficioso para la vida en la Tierra.
Según Campos, los virus, en general, son fundamentales para la vida, desde su función en el ciclo del carbono hasta los beneficios que aportan al ser humano.
Infectan y destruyen bacterias en comunidades microbianas acuáticas y son uno de los mecanismos más importantes para reciclar carbono y nutrientes en ambientes marinos.
Además, estos organismos limitan la proliferación de algas en los océanos: la biomasa marina está compuesta por un 70% de microorganismos.
“Los virus infectan y matan el 20% de esta biomasa diariamente, reciclando macromoléculas y suministrando alimento a la base de la cadena alimentaria marina, es decir, el fitoplancton”, explica Campos.
“También son los principales agentes responsables de contener las algas nocivas, manteniendo estas poblaciones en equilibrio”, agrega.
“La aparición de mamíferos placentarios (cuyos embriones se desarrollan dentro del útero materno durante largo tiempo, donde se alimentan de la placenta) y, en consecuencia, humanos, está directamente relacionada con los virus”, dice Rodrigues.
“En el pasado, fueron los llamados retrovirus endógenos los que infectaron a los ancestros de los mamíferos y proporcionaron los genes necesarios para que se desarrollara la placenta y, en última instancia, el desarrollo completo de los embriones dentro de ella”, describe.
“Además, los virus han ido dando forma a la evolución del ser humano desde su aparición, actuando como un factor importante de presión evolutiva. Debemos estar siempre adaptándonos para no perecer ante ellos, lo que técnicamente llamamos una coevolución”, concluye.
Los datos utilizados en esta página provienen de una variedad de fuentes. Incluye cifras recopiladas por la Universidad Johns Hopkins, datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, gobiernos nacionales y agencias de salud, así como datos de la ONU sobre poblaciones.
Al comparar cifras de diferentes países es importante tener en cuenta que no todos los gobiernos registran los casos y muertes por coronavirus de la misma manera. Esto dificulta las comparaciones homogéneas entre países.
Otros factores a considerar incluyen: diferentes tamaños de población, el tamaño de la población anciana de un país o si un país en particular tiene una gran cantidad de su población viviendo en áreas densamente pobladas. Además, los países pueden estar en diferentes etapas de la pandemia.