Solo diez vacunas integran hoy el selecto club de fórmulas aprobadas para uso de emergencia contra la covid-19 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), a las que se suman una veintena de fórmulas autorizadas localmente en varios países.
Sin embargo, el número de candidatos vacunales en desarrollo clínico es mucho mayor: 170 en 69 naciones, además de 194 en desarrollo preclínico, según datos de la OMS.
Han pasado dos años desde que el impacto global de la pandemia obligara a diseñar nuevas vacunas contra un virus por entonces desconocido, el SARS-CoV-2.
Éstas han diezmado la gravedad de la enfermedad y reducido los contagios, un logro importante pero insuficiente para acercarse a la meta de acabar con la pandemia de una vez por todas.
Los laboratorios cuentan hoy con un mayor conocimiento del virus y sus mutaciones, como las variantes delta y ómicron, esta última con una composición genética mucho más alejada de la original de Wuhan.
Entonces, ¿estamos en condiciones de crear la fórmula definitiva que acabe de una vez por todas con el virus o que normalice vivir con él?
Los científicos lo están intentando y estos son dos prometedores avances, según la OMS y los expertos, en los laboratorios donde se preparan las próximas vacunas contra la covid-19:
El objetivo más ambicioso de la comunidad científica es alcanzar la inmunidad esterilizante, es decir, no solo proteger a las personas contra la enfermedad grave o la muerte, sino impedir que se infecten.
Y uno de los caminos para lograrlo puede ser administrar la vacuna por la nariz.
“Ahora hay muchos infectados pero gracias a las vacunas pocos acaban en el hospital. ¿Qué falta entonces para frenar los contagios? Tener una vacuna que impida la infección y eso podrían aportarlo las administradas por vía intranasal”, explica a BBC Mundo el biólogo molecular Amílcar Pérez Riverol, investigador de la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Sao Paulo (FAPESP).
Mientras las vacunas intramusculares desatan una respuesta generalizada del sistema inmunitario, las intranasales actúan localmente en la nariz, los pulmones y el estómago. Con ello, imponen al virus una barrera difícil de sobrepasar.
El experto indica que, al nebulizarse en las fosas nasales, inducen una respuesta protectora en la vía de entrada del virus activando la segregación de anticuerpos de inmunoglobina A (IgA).
En el artículo “Aroma de una vacuna”, publicado en la revista Science el pasado agosto, los investigadores Frances E. Lund y Troy D. Randall, de la Universidad de Alabama (EE.UU) especifican que las fórmulas intranasales “brindan dos capas de protección adicionales: la IgA de la vacuna y las células B y T de memoria residentes en la mucosa respiratoria”.
Estas células de memoria permanecen en el organismo por un largo tiempo tras desaparecer la infección, pero no olvidan a los virus o bacterias que combatieron y, si estos regresan, los reconocen y atacan.
Estos investigadores explican que, incluso si una variante del virus supera la primera barrera y se produce la infección, las células B y T de memoria responden más rápidamente al estar familiarizadas con el antígeno, lo que “impide la replicación viral y reduce la propagación y transmisión”.
Otra ventaja que ofrecen las vacunas nebulizadas es el tiempo, ya que las intramusculares necesitan entre dos y tres semanas para “actualizar” al sistema inmune a su mayor grado de protección.
Actualmente hay ocho proyectos de vacunas intranasales anti covid-19 reconocidos por la OMS.
El más avanzado en este ámbito es el de la multinacional biotecnológica india Bharat Biotech, cuyo producto ya está en fase 2/3 de ensayos en humanos, a diferencia de los otros proyectos que se encuentran en etapas más tempranas.
Entre estos destaca el liderado por los científicos Akiko Iwasaki y Benjamin Goldman-Israelow, de la Universidad de Yale (EE.UU), que lograron inmunizar con éxito a ratones contra virus respiratorios como el coronavirus.
“Los resultados en los modelos preclínicos son prometedores. Creemos que funcionará con las variantes que circulan actualmente, así como con las variantes futuras”, dijo a BBC Mundo el doctor Goldman-Israelow.
Pero no todo es de color de rosa. Los expertos advierten que los resultados favorables en ratones no garantizan la misma respuesta en humanos. Además, hoy solo se comercializan a nivel global dos vacunas administradas por la nariz, FluMist/Fluenz y Nasovac, ambas para la gripe, prueba de la dificultad de elaborar este tipo de medicamentos.
Un reto complicado que también asume el equipo liderado por el virólogo Luis Enjuanes, del Centro Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC).
Enjuanes explicó a BBC Mundo que su fórmula muestra una importante ventaja cualitativa “en contraste con otras vacunas basadas en mRNA, que no se multiplica y autoamplifica”.
“Nuestro ARN lleva la información para replicarse, aumentando el número de moléculas que hemos inyectado y multiplicando cada una amplificándola más de mil veces, lo que hace que la respuesta inmune sea más fuerte y duradera”, indicó.
También trabajan en vacunas intranasales laboratorios de Rusia (con una variante de la Sputnik V), Hong Kong, Reino Unido (AstraZeneca) o Cuba.
Se desconoce, por el momento, cuándo comenzará a administrarse a la población la primera de ellas. Los laboratorios evitan anunciar fechas aproximadas.
“No veo ninguna siendo aprobada antes del segundo semestre de 2022”, afirma el doctor Pérez Riverol.
Pfizer ha iniciado estudios clínicos para una nueva vacuna adaptada a ómicron.
Pero, si algo hemos aprendido en la pandemia, es que no importa cuánta prisa nos demos en crear y distribuir una vacuna contra la covid-19: puede haber una nueva variante más rápida que nos tome desprevenidos y limite los efectos de las inyecciones.
Además, el SARS-CoV-2 es el más famoso pero no el único coronavirus. En las pasadas décadas otras peligrosas variantes provocaron brotes significativos, como las causantes del SARS y el MERS.
Esto podría acabarse con una fórmula definitiva que ataque a todas las variantes: la conocida como vacuna pan-coronavirus.
“No vamos a perseguir la próxima variante”. El asesor médico jefe de la Casa Blanca, Anthony Fauci, se posicionó así el 12 de enero a favor de una futura vacuna que nos permita prevenir y combatir no solo el virus de la covid-19 sino también otros similares que pudieran surgir en los próximos años.
“La importancia de desarrollar una vacuna pan-coronavirus, es decir, una que sea eficaz contra todas las variantes del SARS-CoV-2 y en última instancia contra todos los coronavirus, se ha vuelto aún más evidente”, dijo Fauci a un comité del Senado estadounidense.
Fabricar estas vacunas, explica el doctor Pérez-Riverol, es muy complejo, y uno de los modos que se investigan consiste en adherir a nanopartículas las proteínas S del virus.
Las proteínas S son clave para que el virus se una a la célula humana, por lo que parte de las actuales vacunas consisten en desplegar modificaciones inocuas de éstas sobre la superficie de las células para inducir la respuesta inmune.
“Si usas una nanopartícula y la combinas con proteínas S de diferentes variantes del SARS-Cov-2 con amplia diversidad antigénica, quienes la reciben se inmunizarán contra una gran diversidad de variantes del coronavirus. Por tanto, el sistema inmunológico estará más preparado para responder a las que se pueden generar y se han generado”, explica.
Destaca en este ámbito el proyecto del Instituto de Investigación del Ejército Walter Reed (WRAIR), en EE.UU., que trabaja en un candidato vacunal llamado SpFN basado en nanopartículas de ferritina, una proteína que almacena y transporta hierro y que, adherida a células humanas, puede evitar la replicación del virus
Este compuesto superó la fase 1 de ensayos en humanos en diciembre de 2021 con resultados positivos contra diversas variantes, incluida la ómicron, y en los próximos meses se pondrá a prueba su eficacia y seguridad en las fases 2 y 3, anunció el doctor Kayvon Modjarrad, director de enfermedades infecciosas del WRAIR.
El SpFN usa una proteína con forma de balón de fútbol de 24 caras, lo que permite a los científicos unir las espículas de diversas cepas de coronavirus en diferentes caras de la proteína, dijo Modjarrad en una entrevista con el portal especializado estadounidense Defense One.
También destaca en esta línea la iniciativa Pan-Corona, fruto de una colaboración entre China y Cuba.
Con base en la ciudad de Yongzhou (en la provincia central china de Hunan) y liderado por científicos cubanos, el proyecto busca crear una vacuna que induzca la respuesta de anticuerpos en el organismo humano a partir de la combinación de fragmentos de virus ya conocidos.
Los científicos que trabajan en estos proyectos tampoco se han atrevido a anunciar fechas estimadas, por lo que se desconoce cuándo podrían estar disponibles las primeras “supervacunas” que nos protejan contra las variantes actuales y futuras.
La OMS, en todo caso, espera que a los dos avances mencionados les sigan nuevos e importantes progresos en el campo de las nuevas vacunas contra la covid.
“Que haya más vacunas en el mercado no significa que debamos dejar de progresar en la investigación y el desarrollo. Hemos de seguir buscando mejores opciones”, sentenció la científica jefe de la OMS, Soumya Swaminathan, en una reciente entrevista con Reuters.