Es el proyecto de fusión nuclear más grande del mundo y ha entrado en una fase crucial para la cual cuenta con una inversión de US$23 mil 500 millones.
El núcleo de la máquina de fusión ITER comenzó este martes un ensamblaje que durará cinco años y que, una vez finalizado, generará el “plasma supercaliente“que se necesita para obtener energía de la fusión.
Está siendo construido en Saint-Paul-lez-Durance, en el sur de Francia, en un proyecto que cuenta con la colaboración de China, la Unión Europea, India, Japón, Corea del Sur, Rusia y Estados Unidos.
Todos los países comparten el enorme costo de construcción.
Los científicos dicen que la fusión podría ser una fuente de energía limpia e ilimitada que ayudaría a enfrentar la crisis climática.
La energía nuclear actual depende de la fisión, en la que un elemento químico pesado se divide para producir otros más ligeros.
La fusión nuclear, por otro lado, funciona combinando dos elementos ligeros para hacer uno más pesado. Esto libera grandes cantidades de energía con muy poca radiactividad.
ITER, siglas en inglés de Reactor Termonuclear Experimental Internacional, albergará el plasma caliente dentro de una estructura llamada tokamak que controla las reacciones de fusión.
El proyecto tiene como objetivo ayudar a demostrar si la fusión puede ser comercialmente viable.
El experimento podría obtener plasma poco después de que finalice la fase de ensamblaje en 2025.
“Es una fase enormemente emocionante del proyecto. La mayoría de nosotros nos unimos para cambiar el mundo, para hacer una gran diferencia sobre cómo proporcionamos energía limpia a las generaciones futuras. Todos sabemos que necesitamos ITER para tener éxito”, dijo a la BBC el profesor Ian Chapman, director ejecutivo de la Autoridad de Energía Atómica de Reino Unido.
“Esperamos ver el primer plasma en cinco años. Eso será solo un plasma corto, que durará unos pocos milisegundos, que demuestre que todos los imanes funcionan. Luego tendrá que haber una etapa posterior de ensamblaje de otros componentes… Sin embargo, está marcando hitos en ese camino para demostrar la fusión a escala comercial”, explicó.
El poder de fusión tiene sus escépticos.
Hacerlo comercialmente viable ha sido difícil porque los científicos han luchado para obtener suficiente energía de las reacciones.
Sus defensores creen que ITER puede superar los obstáculos técnicos y que, dados los desafíos planetarios que enfrenta, la fusión vale la pena el gasto y el esfuerzo.
Reino Unido es miembro del proyecto, pero está previsto que lo deje, pues el gobierno británico se retiró del tratado Euratom en el Brexit.
Para el presidente de Francia, Emmanuel Macron, el proyecto busca un bien común.
“ITER es claramente un acto de confianza en el futuro. Los mayores avances de la historia siempre han sido producto de apuestas atrevidas, de viajes llenos de dificultades”, señaló.
“Al principio siempre parece que los obstáculos son mayores que la voluntad de crear y progresar. ITER pertenece a este espíritu de descubrimiento, de ambición, con la idea de que, gracias a la ciencia, el mañana puede ser mejor que ayer”, añadió.