El agujero en la capa de ozono registró su menor tamaño desde que fue descubierto en 1985, según informó la NASA.
Pero la reducción en el hoyo no se debe al impacto de las medidas internacionales para proteger la capa de ozono, sino a un fenómeno climático inusual sobre la Antártica.
El agujero en el ozono sobre el continente antártico es un fenómeno estacional, que llega a su mayor tamaño en septiembre y octubre y desaparece en diciembre.
El 8 de septiembre de este año el agujero alcanzó un máximo de 16,4 millones de km cuadrados, pero se redujo a 10 millones de km cuadrados por el resto de septiembre y octubre.
Normalmente el hoyo alcanza unos 20 millones de km en esos meses, una cantidad menor que el máximo de cerca de más de 25 millones de km cuadrados registrado en 2006.
La reducción del agujero en la capa de ozono “es una gran noticia“, señaló Paul Newman, científico del Centro Espacial Goddard de la NASA en Maryland.
“Pero es importante reconocer que lo que estamos viendo este año se debe a un aumento de temperaturas en la estratósfera. La reducción no es una señal de que el ozono atmosférico esté en un camino rápido de recuperación“.
El ozono es una molécula altamente reactiva compuesta de tres átomos de oxígeno.
Entre 11 y 40 km de altura sobre la superficie terrestre, en una franja de la atmósfera llamada estratósfera, el ozono funciona como un protector solar que protege al planeta de la dañina radiación ultravioleta que puede causar cáncer de piel, cataratas y suprimir el sistema inmunológico.
Cuando comienzan a intensificarse la radiación solar en el inicio de la primavera se dan las condiciones para una serie de reacciones químicas, que se producen a partir de cloro y bromuro proveniente de productos industriales.
Las reacciones químicas ocurren en partículas en nubes que se forman en capas frías de la estratósfera. Cuando hace más calor se forman menos nubes polares estratosféricas y éstas persisten durante un tiempo meno, por lo que el proceso de destrucción del ozono es más limitado.
Es la tercera vez en las últimas cuatro décadas que cambios en el clima y aumentos de temperatura redujeron la destrucción del ozono, según señaló Susan Strahan, científica del centro Goddard de la NASA. Una reducción por causas similares se dio en 1988 y 2002.
“Es un fenómeno extraño que aún estamos intentando comprender”, afirmó Strahan.
A una altitud de 20km, las temperaturas durante septiembre fueron 16C más calientes que el promedio.
También se debilitó el vórtex polar, un torbellino de vientos fríos en torno a los polos, y la velocidad de los vientos se redujo de un promedio de 259 a 107 km por hora.
A mediados de octubre el agujero en la capa de ozono permanecía estable y se espera que se disipe gradualmente en las próximas semanas.
En 1997 se firmó el Protocolo de Montreal, que prohibió el uso y producción de clorofluorocarbonos(CFC), sustancias químicas de origen artificial que contienen cloro y que se han utilizado en aerosoles, embalajes de espuma y materiales de refrigeración.
Pero estos compuestos tienen una larga vida y sus niveles atmosféricos siguieron aumentando hasta el año 2000.
Desde el 2000 los niveles de esos compuestos han venido bajando, pero aún son lo suficiente elevados para producir una destrucción significativa del ozono.
Los científicos esperan que el agujero en la capa de ozono siga disminuyendo y que vuelva a su nivel de 1980 en torno al año 2070, según la NASA.