Liz Jobey tiene demencia a sus 86 años, por lo que no podía trasladarse a donde se celebraría la boda de su nieta.
Cuando Hannah Jobey y Jay Harris celebraron su boda en el condado de Northumberland, en el noreste de Inglaterra, Liz, la abuela de Hannah, no pudo acudir.
Liz Jobey, de 86 años, tiene demencia. Y, debido a esta condición, le resultó imposible trasladarse hasta el lugar de la fiesta.
Pero la pareja, que no quería que Liz se perdiera el evento, decidió recrear partes de la ceremonia más tarde en el geriátrico especialmente para ella.
Hannah, una maestra de escuela primaria de 29 años, volvió a lucir su traje de bodas y cortó el pastel con su marido en el hogar para ancianos Eothen, en Wallesend, que se especializa en cuidados de personas con demencia.
“Siempre quise que mi abuela fuera parte de nuesta boda y si lo hacíamos de esta manera ella podía involucrarse, pero de un modo que se sintiera en su casa”, dice Hannah.
“Me hubiese gustado que estuviese el día de la boda, pero al final estoy muy contenta en haberlo hecho de este modo”.
“Mi abuela estaba tan relajada y feliz y eso fue muy importante para todos nosotros. Me tomaba todo el tiempo de la mano, no la soltaba y me miraba el vestido”.
“Nos permitió a mí y a mi familia crear recuerdos que de otra manera no hubiésemos podido”.
Hannah y Jay se casaron en agosto de 2022 , pero esperaron cinco meses hasta que la hermana de Hannah y su principal dama de honor, Esme, regresaran de la universidad para recrear el festejo.
Steve, el hijo mayor de Liz, dice que la decisión de no llevarla a la ceremonia real fue “extremadamente difícil”.
“De hecho, mi mamá no ha podido subirse un auto en casi dos años. Simplemente no puede entrar y se angustia mucho. Llegamos a la conclusión de que no sería lo mejor para ella“.
“En el interín, no le mencionamos a mamá que Hannah se había casado, porque no queríamos que se pusiera mal o confundirla”.
“El mismo día, mi hermana Ruth fue y la preparó y luego Hannah y Jay entraron vestidos de punta en blanco. Le dijeron que se habían casado y que habían venido a verla”.
“Cuando Hannah entró, mi madre estaba absolutamente emocionada. Fue como si se encendiera una luz”.
“Mamá tomó su mano y le dijo: ‘Te ves muy hermosa’. Me hizo tan feliz haberlo hecho de la manera en que lo hicimos. Fue completamente mágico”.