Los antepasados más antiguos conocidos de los humanos ya caminaban sobre sus dos piernas, según un nuevo estudio.
Las conclusiones se basan en el análisis de huesos fósiles hallados en Chad hace más de 20 años, que sólo ahora fueron analizados.
Los restos pertenecieron según los investigadores a un homínido al que llamaron Sahelanthropus tchadensis, que vivió hace entre seis y siete millones de años.
Se trataría del miembro más antiguo conocido del linaje de los homínidos, la rama evolutiva que va desde el ancestro común de los humanos y los chimpancés hasta los humanos modernos.
Cuando se analizó en 2002 uno de los huesos principales encontrados, el cráneo, los científicos apodaron a quien habría sido su dueño Toumaï, que significa “esperanza de vida” en una lengua de Chad.
El nuevo estudio publicado ahora en la revista Nature se basa en el análisis de otros huesos, incluyendo un fémur.
Hace años que se debate sobre si el Sahelanthropus tchadensis era bípedo. Pero los autores del nuevo trabajo, de instituciones en Francia y Chad, aseguran tener finalmente una respuesta
Los huesos fueron descubierton por investigadores de Francia y Chad durante una expedición en el desierto de Djourab, en el norte del país africano, en julio de 2001.
Cuando se publicó en 2002 un primer estudio sobre el cráneo, los científicos liderados por el paleoantropólogo Michel Brunet, de la Universidad de Poitiers, en Francia, señalaron que, a pesar del pequeño tamaño de su cerebro, similar al de un chimpancé, Toumaï poseía otras características de homínidos posteriores, como los dientes y la cara.
También señalaron que la orientación del orificio en la base del cráneo de Toumaï parecía indicar que caminaba erguido.
En la misma expedición de 2001 los investigadores recolectaron cientos de otros fósiles.
El nuevo estudio se basa en restos de extremidades, incluyendo “un fémur (hueso del muslo) izquierdo parcial y dos cúbitos izquierdo y derecho (el cúbito, o ulna, es uno de los dos huesos del antebrazo junto con el radio; forma nuestro codo)“, señalan los autores del trabajo en un artículo de divulgación en el sitio The Conversation.
El fémur fue analizado por primera vez en 2004 por la estudiante Aude Bergeret-Medina, de la Universidad de Poitiers.
Roberto Macchiarelli, paleoantropólogo y supervisor de la estudiante, estuvo de acuerdo entonces en que el hueso pertenecía probablemente a un S. tchadensis. Pese a ello, no se ha probado que el fémur, los cúbitos y el cráneo pertenecieran al mismo individuo.
¿Por qué tardaron tanto los científicos en analizar los otros restos hallados en Chad?
El estudio de las extremidades no cobró impulso sino hasta 2017.
“No era nuestra prioridad”, dijo el paleoantropólogo de Poitiers Franck Guy, quien dirigió la última investigación, según señala la revista NatureNature.
En su artículo en The Conversation, los autores del nuevo estudio señalan que el análisis del material “se ralentizó considerablemente por diversas razones, entre ellas la prioridad dada a la investigación sobre el terreno de otros restos postcraneales y otros trabajos, así como la dificultad de analizar este material fragmentario que requiere conocimientos adicionales. Relanzado en 2017, ha tardado cinco años en completarse”.
El fósil más antiguo de un homínido bípedo que se había descrito hasta ahora era el del Orrorin tugenensis, que fue hallado en Kenia y tiene una antigüedad de seis millones de años.
Los autores del nuevo estudio, sin embargo, señalan que rasgos del fémur y de los cúbitos hallados en Chad demuestran que su dueño tenía la capacidad de caminar erguido.
Los científicos compararon estos huesos con el de una amplia gama de primates y de otros antepasados de humanos.
“Como la conservación de estos huesos largos no es muy buena (el fémur, por ejemplo, ha perdido sus dos extremidades), un análisis sucinto no proporciona interpretaciones fiables”, señalan los autores.
“Por ello, los estudiamos desde todos los ángulos, tanto en su morfología externa como en sus estructuras internas”.
Los investigadores aseguran que utilizaron más de 20 criterios para comparar los restos con otros huesos de especímenes actuales y fósiles.
“Tomados por separado, ninguno de estos criterios puede utilizarse para proponer una interpretación categórica del material”.
Sin embargo, agregan, en conjunto, los caracteres hallados indican que el “Sahelanthropus practicaba el bipedismo habitualmente“.
Los autores se basaron en características del fémur que, según señalan, son más cercanas a las de los humanos que los grandes simios.
El científico español Pablo Pelaez-Campomanes es investigador del Museo de Ciencias Naturales de Madrid y fue uno de los autores del estudio sobre el cráneo de Toumaï en 2002.
“El fragmento de fémur que tienen presenta una serie de carácterísticas morfológicas cómo la sección del hueso, el grosor de la capa cortical del hueso y la forma de las diferentes inserciones musculares que al compararlas con las de otras especies con distintas locomociones hacen que lo más probable y parsimonioso sea interpretar como bípeda a esta especie”, explicó el científico a BBC Mundo.
“En cuanto a la ulna no presenta características bípedas. El artículo infiere, en base también a diferentes caracteres morfológicos (curvatura, inserciones, etc) que probalemente pertencía a una especie con brazos adaptados a una vida con un componente arbóreo importante”.
“Por tanto, el conjunto de los dos huesos unido a estudios previos del cráneo indicarían que era una especie bípeda que retuvo adaptaciones osteológicas relacionadas con comportamientos arbóreos”.
El Sahelanthropus habría podido entonces tanto caminar en sus dos piernas cuando estaba en el suelo como trepar fácilmente a los árboles.
Frank Guy afirmó que “cuando estaban en el suelo habrían preferido moverse como bípedos. Pero a veces optaban por trepar. Todas las características apuntan a este tipo de comportamiento”.
Pelaez-Campomanes señaló que el Sahelanthropus, según el estudio, habría formado parte de los llamados homininos, una subfamilia de los homínidos.
“En terminos simples y de acuerdo a las interpretacines de este artículo, el Sahelanthropus sería el primer representantre de los homininos, que engloba el clado que incluye al género Homo”, explicó el científico español.
“Una de las carácterísticas que deben tener los miembros de éste clado hominino es la adquisición del bipedalismo y por tanto es importante que esta especie lo tenga para que pueda ser considerada un hominino”.
En un ensayo en Nature que acompaña al nuevo estudio, Daniel Liebarman, paleoantropólogo de la Universidad de Harvard, quien no participó en la investigación, señala que el fémur de Sahelanthropus “se parece más al de un homínido bípedo que al de un mono cuadrúpedo.”
Sin embargo, el debate continúa.
Ya en 2020 Aude Bergeret-Medina y Roberto Macchiarelli publicaron un trabajo basado en medidas y fotografías, en el que argumentaban que el dueño del famoso fémur no caminaba erguido.
El nuevo estudio no convence a Macchiarelli, según un artículo en la revista Nature.
El investigador sostiene que características del fémur descritas como indicativas de bipedismo, podrían ser el resultado de la compresión causada por haber estado durante millones de años bajo sedimentos.
Fred Spoor, del Museo de Historia Natural de Londres, señaló a la revista New Scientist que los autores del nuevo estudio “presentan un buen caso” a favor del bipedismo, pero es probable que el debate continúe.
Kelsey Pugh, del Museo de Historia Natural en Nueva York, señaló a la misma publicación que “será vital que equipos independientes de paleoantropólogos estudien estos fascinantes fósiles en los próximos meses”.
Foto principal: Reconstrucción de diferentes modos de locomoción en el desierto de Djourab (Chad). Sabine Riffaut, Guillaume Daver, Franck Guy / Palevoprim / CNRS – Université de Poitiers / MPFT (GENTILEZA FRANK GUY)