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Qué son los endocanabinoides, la sustancia similar al THC de la la marihuana que producimos los humanos (y qué efecto tienen en nuestro cuerpo)


En las últimas dos décadas, la sociedad ha prestado mucha atención a la marihuana.

  27 febrero, 2023 - 06:41 AM

A principios de 2023, se legalizó para uso recreativo en 21 estados de Estados Unidos y en Washington, D.C., y su uso con fines médicos ha crecido significativamente en los últimos 20 años.

Pero pocas personas saben que el cuerpo humano produce naturalmente sustancias químicas similares al delta-9-tetrahidrocannabinol, o THC, el compuesto psicoactivo de la marihuana, que proviene de la planta Cannabis sativa.

Estas sustancias se denominan endocannabinoides y se encuentran en todas las especies de vertebrados.

Evolutivamente, la aparición de endocannabinoides en animales vertebrados se dio 575 millones de años antes que la del Cannabis sativa.

Es como si el cuerpo humano tuviera su propia versión de una plántula de marihuana en su interior, produciendo constantemente pequeñas cantidades de endocannabinoides.

Marihuana lisa para consumir

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La similitud de los endocannabinoides con el THC y su importancia en el mantenimiento de la salud humana han despertado un gran interés entre los científicos, que ya estudian a fondo su papel en la salud y las enfermedades para usarlos con objetivos terapéuticos en el tratamiento de enfermedades humanas.

El THC se identificó por primera vez en 1964 y es uno de los más de 100 compuestos que se encuentran en la marihuana y que forman parte de lo que se conoce como cannabinoides.

Son fundamentales

Los endocannabinoides no se descubrieron hasta 1992.

Desde entonces, la investigación ha revelado que son fundamentales para muchas funciones fisiológicas importantes que regulan la salud humana.

Un desequilibrio en la producción de endocannabinoides, o en la capacidad de respuesta del cuerpo a ellos, puede provocar trastornos clínicos importantes, como la obesidad y enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares e inflamatorias.

Los inmunólogos llevamos más de dos décadas estudiando los efectos de los cannabinoides de la marihuana y los endocannabinoides de los vertebrados sobre la inflamación y el cáncer.

La investigación en nuestro laboratorio ha demostrado que los endocannabinoides regulan la inflamación y otras funciones inmunitarias.

¿Qué es el sistema endocannabinoide?

Existe una variedad de tejidos en el cuerpo, incluidos el cerebro, los músculos, el tejido adiposo y las células inmunitarias, que producen pequeñas cantidades de endocannabinoides.

Hay dos tipos principales de endocannabinoides: anandamida o AEA y 2-araquidonoil glicerol, conocido como 2-AG.

Ambos pueden activar los receptores de cannabinoides del cuerpo, que reciben y procesan señales químicas en las células.

Uno de estos receptores, llamado CB1, se encuentra predominantemente en el cerebro.

El otro, llamado CB2, se encuentra principalmente en las células inmunitarias.

Es principalmente a través de la activación de estos dos receptores que los endocannabinoides controlan muchas funciones corporales.

Estructura química de la anandamida y del 2-araquidonoil glicerol.

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Así es la estructura química de la anandamida y del 2-araquidonoil glicerol.

Los receptores se pueden comparar con una “cerradura” y los endocannabinoides con una “llave” que puede abrir la cerradura y acceder a las células.

Todos estos receptores y moléculas endocannabinoides juntos se conocen como el sistema endocannabinoide.

La planta de cannabis contiene otro compuesto llamado cannabidiol o CBD, que se ha vuelto popular por sus propiedades medicinales.

A diferencia del THC, el CBD no tiene propiedades psicoactivas porque no activa los receptores CB1 en el cerebro.

Tampoco activa los receptores CB2, por lo que su acción sobre las células inmunitarias es independiente de los receptores CB2.

Una llave entrando en una cerradura

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Papel de los endocannabinoides en el cuerpo

La sensación eufórica de “subidón” que experimentan las personas cuando usan marihuana proviene del THC que activa los receptores CB1 en el cerebro.

Pero cuando los endocannabinoides que produce el cuerpo activan los receptores CB1, en comparación, no provocan esa sensación.

Una de las razones es que el cuerpo los produce en cantidades más pequeñas que la cantidad típica de THC en la marihuana.

La otra es que ciertas enzimas los descomponen rápidamente después de que realizan sus funciones celulares.

Sin embargo, cada vez hay más pruebas de que ciertas actividades pueden liberar endocannabinoides que elevan el estado de ánimo.

Algunas investigaciones sugieren que la sensación de euforia y relajación que se obtiene después del ejercicio, llamada “subidón del corredor”, es el resultado de la liberación de endocannabinoides en lugar de endorfinas, como se pensaba anteriormente.

Una mujer durmiendo

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Los endocannabinoides regulan varias funciones corporales como el sueño, el estado de ánimo, el apetito, el aprendizaje, la memoria, la temperatura corporal, el dolor, las funciones inmunitarias y la fertilidad.

Controlan algunas de estas funciones al regular la señalización de las células nerviosas en el cerebro.

Normalmente, las células nerviosas se comunican entre sí en uniones llamadas sinapsis.

El sistema endocannabinoide del cerebro regula esta comunicación en las sinapsis, lo que explica su capacidad para afectar una amplia gama de funciones corporales.

El elixir de endocannabinoides

La investigación en nuestro laboratorio ha demostrado que ciertas células del sistema inmunitario producen endocannabinoides que pueden regular la inflamación y otras funciones inmunitarias a través de la activación de los receptores CB2.

Además, hemos demostrado que los endocannabinoides son muy efectivos para disminuir los efectos debilitantes de las enfermedades autoinmunes.

Estas son enfermedades en las que el sistema inmunológico se vuelve loco y comienza a destruir los órganos y tejidos del cuerpo.

Un hombre corriendo por el bosque con una llamativa camiseta amarilla

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Los ejemplos incluyen esclerosis múltiple, lupus, hepatitis y artritis.

Investigaciones recientes sugieren que la migraña, la fibromialgia, el síndrome del intestino irritable, el trastorno de estrés postraumático y la enfermedad bipolar están relacionados con niveles bajos de endocannabinoides.

También el Parkinson

En un estudio de 2022, los investigadores descubrieron que un defecto en un gen que ayuda a producir endocannabinoides provoca la aparición temprana de la enfermedad de Parkinson.

Otro estudio de 2022 vinculó el mismo defecto genético con otros trastornos neurológicos, incluido el retraso en el desarrollo, el control muscular deficiente y los problemas de visión.

Otra investigación ha demostrado que las personas con una forma defectuosa de los receptores CB1 experimentan una mayor sensibilidad al dolor, como migrañas, y sufren trastornos del sueño y de la memoria y ansiedad.

Tests de marihuana en una parafarmacia de Estados Unidos

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El parecido entre la marihuana y los endocannabinoides

Creemos que las propiedades medicinales del THC pueden estar relacionadas con la capacidad de la molécula para compensar una deficiencia o defecto en la producción o funciones de los endocannabinoides.

Por ejemplo, los científicos han descubierto que las personas que experimentan ciertos tipos de dolor crónico pueden tener una producción reducida de endocannabinoides.

Las personas que consumen marihuana con fines medicinales reportan un alivio significativo del dolor.

Debido a que el THC en la marihuana es el cannabinoide que reduce el dolor, puede ayudar a compensar la disminución de la producción o las funciones de los endocannabinoides en dichos pacientes.

Descifrar el papel de los endocannabinoides sigue siendo un área emergente de investigación en salud.

Ciertamente, se necesita mucha más investigación para descifrar su papel en la regulación de diferentes funciones en el cuerpo.

En nuestra opinión, también será importante continuar desentrañando la relación entre los defectos en el sistema endocannabinoide y el desarrollo de diversas enfermedades y trastornos clínicos.

Creemos que las respuestas podrían ser muy prometedoras para el desarrollo de nuevas terapias que utilicen los propios cannabinoides del cuerpo.

*Prakash Nagarkatti y Mitzi Nagarkatti son profesores de Patología, Microbiología e Inmunología de la Universidad de Carolina del Sur

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