La vacuna de covid-19 que desarrolla la Universidad de Oxford levantó enorme expectación este lunes al mostrarse segura y capaz de provocar una respuesta inmune en la fase de pruebas.
Se llamaba Samuel-Jean Pozzi, y era un médico tan célebre que en las calles francesas se vendían postales con su retrato.
Winston Churchill, gran aficionado a empinar el codo, supuestamente dijo una vez, y con razón: “El gin-tonic ha salvado más vidas y cabezas inglesas que todos los médicos del Imperio”.
Los expertos sabían que era un producto atractivo pero nadie anticipó que se convertiría en el videojuego más caro por el que se pagó en una subasta.
¿Que pasaría se hubiese una manera de retornar a como se vivía antes del coronavirus? No más distanciamiento social, no más mascarillas, no más temor de infección de covid-19. Obviamente la razón de todas las restricciones tienen el objetivo de repeler el virus y minimizar el contagio. Lo que necesitamos es una manera rápida y confiable de detectar aquellos en nuestro entorno que están infectados.
Según el director de los CDC de Estados Unidos, el uso de mascarillas, lavado de manos y el distanciamiento social son clave en el combate al coronavirus.