"Profe, tengo un amigo que es mejor que yo. ¿Lo puedo traer la próxima semana?".
Hace 50 años, en Buenos Aires en 1969, fue cuando comenzó a escribirse la historia de la leyenda de Diego Armando Maradona, el genio del fútbol mundial que murió este 25 de noviembre de un paro cardiorespiratorio en su casa en Buenos Aires.
Recordamos el primer capítulo de su vida a través de su amigo, Goyo Carrizo.
Francisco “Francis” Cornejo escuchó atentamente las palabras de Carrizo, uno de los mejores jugadores que tenía en el equipo infantil para menores de 10 años, y asintió con la cabeza.
Cornejo había publicado recientemente un aviso publicitario en un periódico ofreciendo pruebas para buscar nuevos jugadores, pero no se podía imaginar que estaría por presenciar el momento más mágico de su carrera.
“Dicen que por lo menos una vez en la vida todos los hombres asisten a un milagro, pero que la mayoría no se da cuenta. Yo sí”, escribió Cornejo en el libro que público sobre su vida junto al pequeño Pelusa, “Cebollita Maradona”.
“El mío ocurrió la tarde de un sábado de marzo de 1969 sobre el pasto mojado del Parque Saavedra cuando un pibe bajito, que me dijo que tenía ocho años —y yo no le creí—, hizo maravillas con la pelota. Cosas que yo nunca le había visto hacer a nadie”.
Cornejo, quien murió en 2008, fue no solo el hombre que “descubrió” a Maradona. Ligado a Argentinos Juniors desde 1953, él fue uno de los responsables en la formación de una de las academias de fútbol más importantes de Argentina.
Su influencia en el fútbol sudamericano solo es equiparable a la relevancia del Ajax de Ámsterdam en el fútbol europeo.
Ambos clubes se basan en dos ideales por sobre todas las cosas: amor por la pelota y una devoción por sus academias de formación.
Mientras Ajax ha disputado cada partido desde 1982 (1.754 juegos) con al menos uno futbolista formado en sus categorías inferiores, Argentinos Juniors ha hecho lo mismo desde julio de 1979 (1.668 partidos).
Pero hay más coincidencias. Los dos dieron una leyenda al fútbol y sus estadios fueron bautizados en su honor.
El Ajax juega en el Johan Cruyff Arena, nombrado así tras la muerte del “flaco” en 2016, mientras el Bicho lo hace en el estadio Diego Armando Maradona.
Fue allí donde Maradona jugó sus primeros cinco años como futbolista profesional, debutando 10 días antes de cumplir los 16 años en 1976. Luego pasó por Boca en 1981 antes de llegar al Barcelona y el Napoli, donde vivió sus años de gloria en la década del 80.
Debajo de sus tribunas se encuentra un museo donde se exhibe todo tipo recuerdos de la época en la que Maradona vistió de rojo y desde el año pasado también posee una estatua del pibe de oro.
Por si fuera poco, los jugadores tienen que saltar a la cancha por medio de un globo gigante con la figura del astro argentino.
Las personas que llegan a esta especie de parque de atracciones también pueden visitar el departamento que le fue dado al futbolista después de haber firmado su primer contrato con el club.
El dueño, antiguo dirigente de Argentinos Juniors, lo compró y recopiló la mayor parte de los muebles originales de la época en la que vivía Maradona, transformándolo en una nostálgico túnel del tiempo de finales de los años 70.
La sede de Argentinos Juniors se encuentra en la urbanización de La Paternal, en Buenos Aires, siendo uno de los numerosos clubes de la capital argentina que batallan a diario por atraer a los mejores talentos que van apareciendo en las canchas y parques de la ciudad.
River Plate, Boca Juniors, Racing Club, Independiente, San Lorenzo, Huracán, Velez Sarsfield, Ferro, Lanús, Banfield, Platense y muchos otros clubes, se encuentran en un radio no mayor de 50 kilómetros.
Cada club cuenta con un anzuelo especial para captar y desarrollar los jóvenes talentos, como si fuera pescar en una piscina, pero Argentinos siempre ha sido diferente.
Ellos no solo participan en la pesca, ellos también son capaces de transformar gemas en brillantes diamantes.
“La diferencia con Argentinos Juniors siempre ha sido la técnica”, le dijo a la BBC Roberto Saporiti, quien entrenó al club en 1984 y fue asistente de César Luis Menotti en el Mundial de Argentina en 1978, cuando salieron campeones.
“Y no es algo nuevo. Vienen haciendo esto durante 50 años“.
Saporiti y Menotti estuvieron presentes en el debut profesional de Maradona en 1976, pero son muchos otros los que dicen haber estado en el estadio ese día.
“Si todos los que aseguran haber asistido a ese partido lo hubieran hecho, el partido se tuviera que haber jugado en el Maracaná”, bromeó Saporiti.
No cabe duda que Maradona fue la estrella que más brilló de las que descubrió la academia del club, pero no ha sido la única del llamado “semillero del mundo”.
“Es un apodo muy apropiado”, comentó Fernando Batista, quien fue jugador Argentinos, director de su academia y entrenador de la selección sub20.
“Han surgido tantos jugadores extraordinarios que la lista es interminable. Eso prueba que no se trata solo de una generación de oro, sino el resultado de mucho trabajo y estilo que nunca se ha perdido”.
“Argentinos es un modelo a seguir por la manera de enseñar y formar sus futbolistas, no solo desde el punto de vista técnico sino también desde el punto de vista humano”, agregó Bastista.
“No es coincidencia que ha producido tantos capitanes para Argentina, desde Maradona hasta Diego Markic {quien fue capitán de la sub20} pasando por Juan Pablo Sorín”.
Fernando Redondo, Juan Román Riquelme, Sergio Batista, Fabricio Coloccini, Claudio Borghi y Esteban Cambiasso son tan solo algunas de las estrellas que han brillado en la selección albiceleste.
El actual capitán de Argentina en la sub20, el defensor de 18 años del Atlético de Madrid, Nehuen Pérez, es otro graduado de la academia del Bicho.
Como él, son muchos que no llegaron a debutar en el primer equipo del club y dado su potencial fueron fichados por otros clubes, como fueron los casos de Riquelme y Coloccini a Boca y Cambiasso al Real Madrid.
Resulta irónico que el período de mayor éxito de Argentinos Juniors se produjo justo después de la salida de Maradona a Boca.
El responsable de ello fue otra figura del fútbol albiceleste: José Pékerman.
El entrenador que dirigió a Argentina entre 2004 y 2006 y a Colombia desde 2012 hasta el año pasado fue el encargado de la academia de Argentinos en los años 80.
Y fueron los jugadores que formó los que ayudaron al primer equipo a ganar dos títulos de liga, en 1984 y 1985, mismo año que conquistó la Copa Libertadores de América.
Estuvo cerca de sumar la Copa Intercontinental, pero cayó en la definición por penales frente al Juventus de Michael Platini.
Su trabajo en Argentinos le abrió las puertas de las selecciones inferiores de Argentina con la que conquistó cuatro títulos mundiales, además de ganar numerosos premios por el juego limpio que exhibían.
El éxito de Pékerman con la selección coincidió con el declive del club que en el que se formó como técnico.
Desesperados por los problemas financieros, llegó a un acuerdo con un canal de televisión para jugar sus partidos de local en Mendoza, a más de 1.000 kilómetros de Buenos Aires.
Pero a pesar de los problemas financieros y con los grades clubes al acecho, Argentino Juniors no ha detenido su exitosa línea de producción de jugadores.
“Hubo altos y bajos, malas decisiones, problemas económicos, pero la academia siempre estuvo apuntando hacia el norte, que es la razón por la que el equipo no ha terminado de colapsar”, explicó Saporiti.
La pasada temporada, el delanterp Nicolás González -ahora de 21 años- fue vendido al Stuttgart de Alemania por una alrededor de US$10 millones, un momento histórico para el club pues superaron pro primera vez la suma de US$7,8 millones por los que habían vendido a Maradona.
Argentinos ha sido relegado 4 veces desde 1996, pero casi todas las veces ha regresado al primer intento y siempre gracias a su academia. En La Paternal, una nueva generación florece luego de cada tormenta.
Este año vuelven a estar en una posición crítica tras finalizar en último lugar en la Superliga, pero debido al sistema utilizado en el fútbol argentino podrán evitar el descenso si logran tener un buen desempeño en la próxima temporada.
Para ello volverán a mirar los frutos que surjan de sus equipos inferiores y a la filosofía de juego que siguen defendiendo.
“Control, control, control”, dijo Batista. “Empeine, pase, control, empeine, pase…”. Los jugadores repiten una y otra vez el ejercicio.
“Argentinos ha venido haciendo estos ejercicios durante décadas y, a diferencia de otros clubes, los jugadores que vienen haciéndolo son promovidos”.
“La táctica, la estrategia y la inteligencia sobre el juego se pueden mejorar con el paso de los años. Pero es muy difícil cambiar la técnica si no sabes controlar el balón. En la academia de Argentinos la técnica no es negociable”, reiteró Batista.
No es sorpresa que los jugadores tengan que pensarlo dos veces antes de mandar un balón largo. Ellos saben que los ojos de Maradona, así estén en un globo, los estarán observando.
* Esta nota fue publicada originalmente el 3 mayo de 2019 y fue actualizada tras la noticia de la muerte de Diego Armando Maradona