Las tensiones en Cataluña llevan a aplazar el clásico Barcelona-Real Madrid
La situación en Cataluña es muy tensa tras las condenas a prisión para nueve dirigentes independentistas, especialmente en Barcelona, lugar en las últimas noches de duros enfrentamientos entre manifestantes y policías.
El clásico Barcelona-Real Madrid, de la 10ª jornada del campeonato español, que debía jugarse el 26 de octubre en la capital catalana, ha sido aplazado a una fecha que deberán acordar ambos clubes, debido a la tensión existente en Cataluña por las protestas independentistas.
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El comité de competición, órgano disciplinario de la Federación Española de Fútbol (RFEF), acordó “el aplazamiento del encuentro previsto para el día 26 de octubre de 2019 por concurrir causas excepcionales” en una decisión hecha pública este viernes.
El comité pide a Barcelona y Real Madrid que “alcancen un acuerdo en la fijación de la nueva fecha de disputa del encuentro, antes del próximo lunes 21 octubre a las 10:00 horas (08h00 GMT)”, al tiempo que pide un informe a la Liga de Fútbol (LaLiga) al respecto.
En caso de que los clubes no lleguen a un acuerdo, será el propio comité el que decida la nueva fecha.
La Liga había solicitado el miércoles a la Federación que se invirtiera el orden de los partidos “por causas de fuerza mayor” de manera que el del 26 se jugara en el Santiago Bernabéu y el de vuelta se celebrara el 1 de marzo en el Camp Nou, algo que ha sido desestimado por el comité de competición.
Y es que, según la prensa, los partidos y asociaciones independentistas prevén celebrar una manifestación masiva ese 26 de octubre en la capital catalana.
¿El 18 de diciembre?
Tanto Real Madrid como Barcelona también se habrían opuesto a la inversión de partidos.
Según la decisión del comité, el Real Madrid estaría de acuerdo con jugar el 18 de diciembre, la fecha que habría propuesto la RFEF, mientras que la Liga solicitó que sea el 7 de diciembre y el Barcelona abogaba por el “mantenimiento del encuentro en la fecha y hora inicialmente propuestas”.
El técnico del Barcelona, Ernesto Valverde, señalaba el jueves en una rueda de prensa que “todavía quedan nueve días para ese partido, está claro que esta semana está siendo un poco extraña en Barcelona, pero queda tiempo. Confiamos en nosotros, en nuestra gente, en poder jugar ese partido en nuestro estadio”.
“Todo el mundo está pendiente de que las imágenes que estamos viendo esta semana se van a trasladar a ese partido, no sabemos, no tiene por qué ser así”, añadió el entrenador azulgrana.
El Barcelona emitió este viernes un comunicado reiterando que le hubiese gustado jugar en la fecha prevista porque tiene “confianza absoluta en la actitud cívica y pacífica de su masa social, que siempre se expresa en el Camp Nou de manera ejemplar”.
Pero ante la decisión del comité de posponer el partido, “el club propondrá la fecha del 18 de diciembre”.
Jugar cuando toque
Por el lado del Real Madrid, su técnico Zinédine Zidane evitó este viernes entrar a fondo en el asunto, limitándose a afirmar que “cuando toque vamos a jugar y vamos a estar preparados para jugar en la fecha cuando nos diga la persona adecuada”.
Zidane admitió tener una preferencia sobre la nueva fecha, aunque no quiso desvelarla.
La situación en Cataluña es muy tensa tras las condenas a prisión para nueve dirigentes independentistas, especialmente en Barcelona, lugar en las últimas noches de duros enfrentamientos entre manifestantes y policías.
No sería la primera vez que un Barcelona-Real Madrid se ve pospuesto por asuntos ajenos al fútbol en Cataluña.
En 2010, un clásico que debía jugarse un domingo 28 de noviembre, se pospuso al lunes 29 debido a que ese mismo domingo se celebraban elecciones regionales en Cataluña.