El sol es una fuente de luz y de vida, pero si te expones a él de forma indebida puede ser extremadamente dañino para tu piel. Manchas, sequedad y cáncer son tan solo algunas de las terribles consecuencias que puedes padecer, si no cuidas tu piel del sol
¿Qué implica “cubrirse”? Cuando se trata de cuidarse del sol, supone dos medidas fundamentales. Primero que nada, no te expongas al sol cuando sus rayos tienen la mayor intensidad -esto es entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde-. Durante este período, quédate bajo techo, ni se te ocurra ir a la playa.
En segundo lugar, protegerse del sol exige usar las prendas adecuadas. A este respecto, la Fundación de Cáncer de Piel asegura que las vestimentas de colores oscuros y de telas de tejidos ajustados tienen una capacidad de absorción de rayos ultravioletas mucho mayor que las vestimentas de algodón y colores claros. Por otro lado, ten en cuenta que las prendas secas ofrecen mucha más protección que las húmedas o mojadas.
Nunca olvides aplicarte protector solar -de factor 15 como mínimo-. Es recomendable que utilices uno que sea resistente al agua. Dedícale tiempo y cuidado a esta práctica; de lo contrario, dejarás zonas de tu piel sin protección. No escatimes con las cantidades que te aplicas, colócate una capa gruesa -si no lo haces, reducirás la efectividad del protector hasta en un 50%.
Aplícate el protector al menos 20 minutos antes de exponerte al sol. De esta manera, le darás tiempo a tu piel para que lo absorba. Cada 2 horas, repite el procedimiento -hazlo más seguido si te has mojado ya sea a causa del sudor o baños de inmersión-.
No olvides colocarte protector en los labios -existen labiales especialmente diseñados para ello-. Esta es una zona muy sensible (y frecuentemente olvidada) que si se deja sin protección puede llegar a ser el germen de un cáncer de piel.
La protección de las sombrillas y de los árboles es parcial. Esto significa que no te protegen de los rayos que se reflejan en la arena, la nieve, el concreto y otras superficies. Ten en cuenta que los rayos ultravioletas pueden penetrar en el agua muy fácilmente, por lo que el mar no constituye un escudo solar efectivo. Paracuidarte de los reflejos solares, no olvides colocarte protector debajo del mentón; esta zona es especialmente vulnerable a los rayos reflejados.
Si el día está fresco y nublado, no te descanses. Los rayos ultravioletas no lo hacen: ellos tienen la capacidad de atravesar las nubes y dañar tu piel. Incluso si sientes que el sol no está muy fuerte, toma precauciones.
Protegerse del sol en inverno también es fundamental. Los vientos helados y la blancura de la nieve pueden ser una pésima combinación para tu piel. Por eso, ponte protector solar, usa la ropa adecuada y no olvides tus lentes de sol.
Protege tu piel, toma estas precauciones. Con estas medidas simples podrás estar previniendo problemas graves.
Con información de: Vix Mujer