Una pintura de la Mona Lisa colgaba sobre una chimenea en un departamento de Londres en la década de 1960. ¿Es esta imagen no solo de Leonardo Da Vinci, sino también una versión anterior del famoso retrato que se exhibe en el Museo del Louvre en París?
Algunas personas están convencidas de que es así, y más de 50 años después, estalló una intensa batalla tanto por la propiedad de la imagen como por la evidencia sobre quién la pintó.
La llamada “Mona Lisa, la versión anterior“ (o Mona Lisa de Isleworth) está en el centro de un misterio que involucra a paraísos fiscales en El Caribe, las bóvedas de bancos suizos, un secreto consorcio internacional y al Sherlock Holmes del mundo del arte.
Entonces, ¿es genuina? ¿Quiénes son los propietarios legítimos? ¿Y podría el retrato en el centro de este misterio al estilo del Código Da Vinci valer cientos de millones de dólares?
Un caso judicial que se lleva a cabo esta semana en Italia finalmente puede ayudar a arrojar algo de luz sobre las respuestas a estas preguntas.
En 2012, una organización llamada Fundación Mona Lisa dio a conocer al mundo, en un resplandor de publicidad, lo que afirmó ser una segunda pintura de la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci.
Dado que la Mona Lisa es posiblemente la pintura más famosa del mundo, y su pintor es considerado como uno de los mejores artistas de la historia, tal hallazgo pondría al mundo del arte patas para arriba.
Entonces, ¿es realmente posible que pueda existir una segunda versión del retrato previamente desconocida?
La Fundación presentó una serie de pruebas para tratar de respaldar la afirmación, pero curiosamente la organización afirma que no es propietaria de la pintura.
Dice que la imagen es propiedad de un consorcio internacional no identificado. Cuando se le preguntó sobre esto, el secretario general de la Fundación, Joël Feldman, respondió: “La Fundación, como una cuestión de política y en cumplimiento de sus obligaciones, no hace comentarios sobre el consorcio propietario”.
Pero en su casa en el sur de Londres, Andrew y Karen Gilbert tienen una historia muy diferente: dicen que poseen una participación del 25% en el retrato.
Cuando se pusieron en contacto con la Fundación Mona Lisa después de que revelara el retrato en 2012, ellos afirman que la organización dijo que “no sabía nada de nosotros, que ellos no eran los dueños y simplemente trataron de alejarnos como si fuésemos inconvenientes”.
“Porque no pudimos averiguar quién era el propietario, nadie nos decía nada. No sabíamos cómo podíamos iniciar ningún tipo de procedimiento”, dice Karen.
Esta semana hubo un avance importante en torno a la afirmación de la familia Gilbert que puede llevar a un avance en su reclamo.
¿Pero un reclamo en qué? ¿Y es posible que un retrato casi inestimable de Leonard Da Vinci salga a la luz de repente?
Increíblemente, eso es exactamente lo que sucedió con una pintura llamada Salvator Mundi, o Salvador del Mundo.
Vendida por solo US$55 en 1958, fue comprada en una subasta por un increíble US$450 millones por un comprador anónimo hace dos años.
La diferencia, por supuesto, se debió a que la pintura fue autenticada por un equipo internacional de expertos como un Leonardo genuino.
¿Podría la pintura llamada “Mona Lisa, la versión anterior” por la Fundación seguir el mismo camino?
“Estaba escéptico pero intrigado”, dice el profesor Jean-Pierre Isbouts desde Santa Mónica, California. La Fundación lo llevó a Suiza para ver la pintura.
“Entré en la bóveda, hacía mucho frío allí, y pasé unas dos horas con esa pintura. Pero después de cinco minutos reconocí que tenía que ser un Leonardo“.
Pero no fue solo la apariencia lo que hizo que el académico de la Fielding Graduate University en California (cuyo trabajo es recomendado por la Fundación) crea que el retrato es genuino, también fue la evidencia histórica, dice.
“Giorgio Vasari, el biógrafo de Leonardo (del siglo XVI), afirma claramente que Leonardo trabajó en la Mona Lisa durante cuatro años y luego la dejó sin terminar”.
Esto coincide con la apariencia de “Mona Lisa, la versión anterior”, que tiene un fondo incompleto, a diferencia del famoso retrato que cuelga en el Louvre.
El profesor Isbouts también señala que los registros históricos mencionan que Leonardo pintó la Mona Lisa para dos clientes diferentes, lo que aumenta la posibilidad de que haya completado dos retratos separados, uno para cada comisión.
Agrega que las pruebas científicas parecen respaldar la afirmación de que la pintura es genuina.
“Con ‘Mona Lisa, la versión anterior’, la ciencia nos reveló que a) es de principios del siglo XVI, b) definitivamente es una composición de Leonardo porque la configuración y la composición son idénticas a las del Louvre Mona Lisa. Y c) los histogramas (los gráficos digitales de los colores utilizados) muestran que, en términos de la “escritura a mano” de la pintura, cómo el aplica la pintura, (es) es exactamente idéntica”.
Pero no todos están de acuerdo.
“No es un artículo real por una serie de razones”, dice Martin Kemp, profesor emérito de historia del arte en la Universidad de Oxford.
“Realmente no es serio para estar junto al propio Leonardo”.
Él piensa que la razón por la que Giorgio Vasari creía que la Mona Lisa estaba incompleta era porque “la información de Vasari era toda florentina”, y la imagen probablemente se completó después de que Leonardo hubiera salido de la ciudad de Florencia.
Y no está de acuerdo con que los registros históricos sugieran que se pintaron dos Mona Lisa.
En cambio, el profesor Kemp dice que Leonardo probablemente nunca entregó el retrato a su cliente original, y una segunda persona “bien podría haber dicho ‘si terminas eso, te lo arrebataré de las manos’, por así decirlo”.
¿Y la evidencia científica? El profesor Kemp dice que la información ofrecida por la Fundación Mona Lisa es solo “permisiva” y, aunque no descarta que “Mona Lisa,la versión anterior” sea de Leonardo, ciertamente no prueba que lo sea.
Sin embargo, agrega “el examen por infrarrojos y otros medios técnicos, muestra que (la Mona Lisa del Louvre) experimentó una evolución, como lo hicieron todas las imágenes de Leonardo”.
“El examen infrarrojo de la Mona Lisa de Isleworth (como también se le conoce) es prolijamente exacto y es claramente el tipo de dibujo que se hace cuando se copia algo en lugar de generarlo”.
El profesor Isbouts, sin embargo, es crítico con el análisis del profesor Kemp en parte porque “Martin nunca ha visto el trabajo, y esa es la carta que tienen David y Joel (Feldman de la Fundación Mona Lisa), y creo que es legítima”.
En respuesta, el profesor Kemp dice: “El viejo dicho de que siempre tienes que ir y ver el original, incluso si es un poco basura, no es sostenible, particularmente con las técnicas de imagen modernas. Y en algunas de las imágenes digitales de alta calidad, puedes ver más de lo que puedes ver en la pintura, incluso con una lupa”.
Los expertos pueden estar en desacuerdo sobre la evidencia, pero ¿se ha presentado todo el material claramente?
La BBC ha visto secciones de una copia de preproducción de un libro, escrito por varios colaboradores pero editado por el profesor Isbouts, sobre “Mona Lisa, la versión anterior”, llamada “Mona Lisa de Leonardo Da Vinci: nuevas perspectivas”.
Uno de los colaboradores afirma que en la versión final publicada parece que se han eliminado secciones de su texto. Afirma que muchos de los pasajes eliminados parecen ser que los que no son útiles para la teoría de que “Mona Lisa de Isleworth” es de Leonardo.
El profesor Isbouts niega esto: “Definitivamente edité algunos segmentos porque soy el editor. Y en algunos casos hubo pasajes que no creo que sean defendibles académicamente. Solo estaba tratando de mantener intacta la idea del argumento. Ciertamente no eliminé nada de naturaleza contraria. Hubo dos capítulos que simplemente fueron demasiado largos”.
Luego envió un correo electrónico a la BBC, habiendo contactado al colaborador para ver qué pasajes le preocupaban, y dijo: “Estamos trabajando en la versión final del libro, en tapa dura, para que podamos hacer algunas correcciones dentro del recuento de palabras disponible”.
Una cosa que los partidarios de la teoría de que “Mona Lisa, la versión anterior” es de Leonardo Da Vinci tienen que explicar es de dónde salió la pintura.
Apareció de repente en 1913, cuando Hugh Blaker la compró en una casa en Somerset.
“Blaker creía que estaba en la pista de algo”, dice el profesor Robert Meyrick, de la Universidad de Aberystwyth, que estudia la vida del comerciante de arte.
A pesar de que rastreó con éxito pinturas genuinas de artistas como Rubens, Velázquez, El Greco, Manet, Constable y Turner, los negocios de Blaker a veces salían mal, y nunca logró vender su Mona Lisa.
“Realmente fue como un catálogo de fracasos, a pesar de sus mejores esfuerzos”, dice el profesor Meyrick, sobre el hombre que tuvo problemas financieros al final de su vida.
Después de la muerte de Blakers, la pintura terminó en manos de un excéntrico comerciante de arte llamado Henry Pulitzer: creía que “la Mona Lisa de Isleworth” era realmente más impresionante que su contraparte más famosa en el Louvre.
Pero Pulitzer necesitaba ayuda para tratar de convencer al mundo de que ambas eran de Leonardo.
“Comenzó a quedarse sin dinero tras promocionarlo, porque quería demostrar que era un verdadero Leonardo Da Vinci”, asegura Andrew Gilbert.
Su familia conocía a Pulitzer, le compró cuadros y también le vendió algunos.
Muestran a la BBC una serie de documentos que dicen que la familia compró una participación del 25% de la pintura en 1964. Aproximadamente una década más tarde, Pulitzer encerró el retrato en una bóveda de un banco suizo, y después de su muerte, terminó en las manos del consorcio internacional en 2008.
La Fundación Mona Lisa discrepa vehementemente con el reclamo de Gilbert, y su presidente le dijo a la prensa en julio que su caso es “infundado y no tiene mérito”.
Pero la familia siguió adelante y convocó al “Sherlock Holmes” del mundo del arte para que ayude.
“Bueno, supongo que no me importa”, dice Christopher Marinello, Director y fundador de Art Recovery International, sobre su apodo.
“Hemos recuperado alrededor de US$510 millones en arte a lo largo de los años. Todavía estamos muy involucrados en algunos de los casos más grandes en este momento en el mundo del arte, y estamos orgullosos de eso”.
Pero ¿qué piensa él de la afirmación de que la pintura en este caso podría ser de Leonardo Da Vinci?
“Sinceramente, no me importa nada de eso”, responde. “En lo que a mí respecta, este es un asunto simple de clientes que tienen un contrato de compra para esta pintura, sea la que sea”.
Es gracias a Marinello que los Gilbert (quienes dicen que no están seguros de si el retrato es un verdadero Leonardo) comenzaron los procesos legales contra la Fundación Mona Lisa en Italia mientras la pintura se exhibía en Florencia.
Antes de la audiencia en la corte esta semana, el abogado de Gilbert, Giovanni Protti, dijo que este es el “caso más complicado e interesante en el que he trabajado”.
“Hemos tenido que entregar una orden de citación en muchos países de todo el mundo”.
Y ese trabajo ha dado sus frutos. Después de una audiencia en la corte el martes, Karen Gilbert dice: “La Fundación Mona Lisa declaró frente al juez que Mona Lisa Inc en Anguila era la dueña de la pintura”.
No hay nada que sugiera que tal arreglo implique que la Fundación o el consorcio internacional hayan hecho algo malo, pero la isla caribeña, que es un territorio británico de ultramar, es conocida por su forma discreta de hacer negocios.
“Los estamos destruyendo”, dice Karen. “Por lo tanto, sabemos que estamos en el camino correcto con la investigación que hemos realizado”.
Esto no establece que la familia Gilbert posea una parte del retrato, pero es la primera vez que la Fundación Mona Lisa revela quién es el propietario.
En respuesta a la audiencia del martes, el abogado de la Fundación Mona Lisa, Marco Parducci, dice: “La Fundación Mona Lisa no puede confirmar ni negar el reclamo, en virtud de las obligaciones legales que tiene con los propietarios, a menos que lo solicite explícitamente la autoridad judicial”.
Agrega que los reclamos de la familia Gilbert sugieren que están motivados por “interés económico y el deseo de dañar a la Fundación” y que la próxima audiencia en marzo se mostrará “que no hay caso”.
La batalla legal continuará, pero ¿qué pensaría Leonardo, el gran erudito del renacimiento, de los misterios como “Mona Lisa, la versión anterior” y los mitos que rodean su trabajo, 500 años después de su muerte?
“Oh, él estaría increíblemente encantado”, se ríe el profesor Kemp. “Estaba interesado en la fama”.
“Se habría desentendido ante algunas de las tonterías, pero ¿el hecho de que su nombre sea el más conocido en la historia de la cultura? Sí, estaría muy contento“.