El show Astroworld, en Houston, se tornó en tragedia mientras la estrella del rap Travis Scott se presentaba.
Travis Scott, la superestrella del rap, siguió actuando durante 40 minutos desde que la policía y los bomberos de Houston empezaran a responder a un incidente con “múltiples víctimas” en el festival de música Astroworld el viernes.
Para cuando bajó del escenario, ocho personas habían fallecido y decenas más estaban heridas.
A algunos fans los grabaron pidiéndole a gritos que parara el espectáculo y rogándole al personal que los ayudara. Uno incluso algunos treparon a una plataforma en la que se sitúan las cámaras para señalar dónde había heridos.
Un joven narró cómo su hermano, Danish, murió al intentar salvar a su novia mientras la gente alrededor daba golpes y puñetazos.
Scott finalizó su actuación 15 o 20 minutos antes de lo previsto, pero quedan dudas de por qué no terminó antes.
“A las 9:30 de la noche, en ese momento. Fue entonces cuando algunas personas comenzaron a caerse”, dijo el jefe de la policía de Houston, Troy Finner, el sábado durante una rueda de prensa.
“Nuestra gente dio un paso al frente e inmediatamente les dijo a los productores: ‘Oigan, hay gente cayéndose’. El show terminó a las 10:10 pm”.
Scott, una de las figuras más importantes de la música rap, organizó el evento por primera vez en 2018, junto con los promotores de conciertos Live Nation.
El cantante dijo, a través de un video colgado en Instagram, que durante la actuación no era consciente de cuán feas se habían puesto las cosas.
“Cada vez que pude identificar que algo estaba pasando, paré el espectáculo y les ayudé a recibir la asistencia que necesitaban”, añadió. “Nunca pude haberme imaginado la gravedad de la situación”.
En las imágenes del concierto, se le puede ver interrumpiendo su actuación parapedir ayuda para un fan que se había desmayado.
Sin embargo, en otro video se le escucha diciendo: “¿Quién les pidió que se detengan? Ustedes saben a qué vinieron: síganme, vamos”.
Al rapero se le conoce por sus conciertos salvajes y ha tenido problemas anteriormente por incitar comportamientos peligrosos.
En 2015 fue acusado de alteración del orden público después de alentar a sus aficionados en Chicago a ignorar la seguridad y subir al escenario.
Dos años después vio a un fan colgado de un balcón en el segundo piso de una sala de conciertos y trató de convencerlo para que saltara. En ese mismo concierto, un espectador de 27 años quedó con parálisis después de haber sido empujado al vacío desde un palco del tercer piso.
En 2019, cientos de fanáticos sobrepasaron las barreras del festival Astroworld, lo que terminó con tres personas en el hospital con heridas leves. Luego la policía escribió en Twitter que no había personal suficiente en el concierto y que “los promotores no estaban preparados para grandes multitudes”. El comunicado fue eliminado tiempo después.
Antes de que comenzara el festival de este año había quien temía por las condiciones de seguridad en vista de la multitud que iba a acudir.
Un plan de seguridad obtenido por el diario The New York Times apuntaba a algunos aspectos preocupantes.
“En base al diseño del lugar y las numerosas experiencias pasadas, la posibilidad de incidentes relacionados con el alcohol o las drogas, la posible necesidad de una evacuación y la amenaza de un incidente en masa fueron identificadas como las inquietudes clave”, explica el documento.
Antes de que Scott subiera al escenario, noticieros locales grabaron a los fanáticos irrumpiendo en el lugar y saltándose los controles de seguridad.
El jefe de policía de la ciudad fue al camerino de la estrella para comunicarle sus preocupaciones ante la enérgica multitud.
En un comunicado, Finner explicó cómo durante la “corta y respetuosa reunión” pudo comunicarle sus “preocupaciones de seguridad pública” y le dijo al rapero que estuviera al tanto de los mensajes de su equipo en las redes sociales “sobre cualquier evento no programado”.
Entonces ¿cómo pudo haber ocurrido esta tragedia?
Los investigadores se fijarán en numerosos factores, dice Simon Ancliffe, fundador de Movement Strategies, una empresa que ha asesorado sobre la seguridad en eventos multitudinarios, como los festivales de Glastonbury, Reading y Leeds en Reino Unido, así como las Olimpiadas de 2012 en Londres.
“¿Controlaron el número de asistentes? ¿Las barreras estaban en su lugar y fueron bien diseñadas? ¿El personal de seguridad estaba haciendo lo que se suponía que tenía que hacer? ¿Tenían claro cuál era la situación? ¿Había cámaras de seguridad?”.
“Parece que se había procedido a detener el espectáculo, pero paraba y comenzaba. Así que, ¿fue cuestión de comunicación? ¿de toma de decisiones?”, se pregunta el especialista.
Ancliffe explica que cuando ocurren este tipo de tragedias no suele deberse a una mala decisión, sino a una serie de pequeños errores que terminan en catástrofe. En este caso, “parece que fallaron muchas cosas”.
“Todo se reduce a planificación”, dice por su parte Keith Still, profesor de ciencia de masas en la Universidad de Sussex, en Reino Unido.
“Debes anticipar que este tipo de intérprete en esa clase de entorno inducirá este tipo de comportamiento en la multitud, y debes implementar sistemas de control y gestión de multitudes para asegurarte de tener un aviso de alerta temprana”.
Ancliffe explica que el personal que estaba en el terreno no es necesariamente el responsable de lo ocurrido.
“Los miembros del equipo de seguridad en las barreras pueden ver lo que pasa inmediatamente frente a ellos, pero poco más allá”, dice, y explica que el personal en primera línea necesita apoyarse en las imágenes de circuito cerrado (CCTV) o una visión desde un punto elevado.
“En Reino Unido contamos con supervisores de multitudes muy experimentados que suelen observar a la masa desde una posición elevada, lo que les permite ver las caras de la gente y observar cualquier cambio de expresión”, explica Eric Stuart, presidente de la Asociación Británica de Manejo de Multitudes.
“Siempre habrá personas gritando porque se están divirtiendo. La habilidad está en observar la cara de las personas, escuchar los gritos y darse cuenta: ‘Esto es algo distinto. Las cosas han cambiado'”.
Muchos entre el público no se percatan de que su vida corre peligro hasta que es demasiado tarde.
“Cuando estás entre la multitud solo puedes ver a un par de personas frente a ti y, debido a la música, no puedes escuchar lo que está pasando. La información se transmite realmente mal entre el público”, dice Ancliffe.
“Si la gente empuja por detrás, es difícil ver lo que pasa al frente. Y cuando te caes, es muy difícil volver a ponerte de pie, a menos que alguien te ayude. Y si se agachan para ayudarte, es posible que también los empujen”.
Así que es responsabilidad del personal identificar los problemas y alertar al artista, quien puede parar el concierto y calmar la situación.
Pero en este caso fue el público el que notificó la situación a los miembros de seguridad, dice Ancliffe.
“¿Qué conocimiento tenían de la situación? ¿Qué decisiones tomaron? Puede que haya otros factores involucrados, pero estas fueron probablemente las cosas por las que ocurrió el desastre”.
Algunos expertos también han sugerido que la decisión de Scott de tocar en un escenario separado sin otros actos simultáneos programados pudo haber exacerbado la situación.
Eso va en contra de la práctica común del manejo de multitudes, lo que se conoce como “esparcimiento del área”.
La actuación de Scott comenzó 45 minutos después de que la cantante estadounidense SZA terminara la suya en el segundo escenario de Astroworld.
Los espectadores que se habían estado reuniendo cerca de las barreras desde la hora del almuerzo se encontraron de repente con una enorme afluencia de gente entusiasmada con un enorme reloj con la cuenta regresiva que anunciaba la llegada de la estrella.
“El meollo del problema ocurrió cuando el reloj se acercó a cero“, le dijo una fuente no identificada a la revista Variety.
Una seguidora adolescente del artista dijo que la situación se volvió complicada rápidamente.
“Cuando Travis Scott salió al escenario, me dije que era el momento para el que me había estado preparando, que solo necesitaba respirar”, le dijo Diana Amira a NBC News.
“Pero mi caja torácica estaba siendo aplastada y no podía llenar mis pulmones”.
Afortunadamente, las muertes relacionadas con eventos musicales no son frecuentes.
“Lo primero es que, si tienes un equipo experimentado en el lugar, no va a pasar algo así”, le dice Eric Stuart a BBC Radio 5 Live.
“Si lo peor llega, hay un pequeño grupo de personas que tiene lo que llamamos la ‘tarjeta roja’, y es literalmente un mensaje para que el director de escena corte la música porque tenemos que parar”.
“Y luego tenemos que involucrar al artista para que hable con la multitud. Idealmente no queremos que un chico o una chica con chaleco fluorescente o la policía salga al escenario y hable con la multitud. El artista es la mejor persona para hacer eso”.
Parece que eso ocurrió durante el concierto del viernes, pero la pregunta que se hacen los investigadores es por qué la música continuó después del primer llamado de auxilio.
En su declaración en video, Scott dijo que estaba “trabajando en estrecha colaboración con todos para llegar al fondo de esto” y se describió a sí mismo como “honestamente devastado”.
Steve Adelman, vicepresidente y abogado principal de la Event Safety Alliance, instó a no atribuir culpas en esta etapa.
“Existe el instinto de apresurarse a juzgar antes de que sepamos lo que realmente sucedió”, le dijo a la revista Rolling Stone.
Ancliffe espera que una investigación anime a los promotores a “ajustar sus procedimientos o diseño [de conciertos]”.
“Si observas cualquier otra industria relacionada con la seguridad, como la aviación, si hay un accidente los expertos investigan y se implementan nuevos procedimientos para evitar que vuelva a suceder.
“Desafortunadamente, en la industria de los eventos todo se suele reducir a un litigio y generalmente se resuelve fuera de los tribunales. Lo sé, porque soy un testigo experto en varios casos internacionales”.
“Los documentos judiciales se sellan, la información nunca se devuelve a la industria y, por lo tanto, no hay aprendizaje, no hay mejora”.