El té verde nace en China, como una bebida medicinal. Con el correr de los años, se ha comprobado que muchas variedades de tés contribuyen a cuidar el peso, preservar un estado de alerta mental y prevenir enfermedades como el cáncer.
Pero, además, el té puede convertirse en una fuente de belleza.
Los ojos hinchados dan una apariencia cansada y gris. Para evitar que así sea, coloca debajo de tus ojos saquitos de té remojados en agua fría y déjalos unos 20 minutos. De esta manera, calmarás el ardor y la molestia, y atenuarás la inflamación (gracias a la cafeína).
La próxima vez que hagas una mascarilla facial, recuerda añadirle un poco de polvo de té blanco o verde. Así evitarás que se descompongan el colágeno y la elastina de la piel, que impiden la formación de las arrugas. Puedes mezclar este mismo polvo con agua, crear una pasta y aplicarla todas las mañanas para «despertar» la piel.
Si enjuagas tu pelo oscuro con té negro fuerte, verás que al secarse tendrá mucho más brillo del habitual. Si eres rubia, se aconseja usar té de manzanilla. Prueba realizar una infusión fuerte y mojar tu pelo con ella. Envuélvelo en una toalla, deja pasar unos 30 minutos y enjuaga.
Para realizar un tónico facial, solo deberás limpiar tu rostro con una bolsita de té fría o mezclar una taza de té con un poco de miel y aplicarlo sobre el rostro con la ayuda de un algodón.
Prepara un saquito de té verde en media taza de agua hirviendo y deja que se enfríe. A continuación, mezcla 1 parte de té verde con 3 partes de azúcar y úsalo para frotar todo tu cuerpo con movimientos circulares. Cuando ya te hayas exfoliado la piel por completo, date una ducha para quitar los restos de azúcar y té
Con información de: Vix Mujer