Vicente Fernández: la historia detrás de la legendaria frase de “El Charro de Huentitán”
Vicente Fernández se caracterizó por usar la frase “mientras ustedes no dejen de aplaudir, yo no dejo de cantar” durante sus presentaciones en vivo.
Vicente Fernández fue uno de los artistas más queridos en México debido al esfuerzo que demostraba en cada una de sus presentaciones para complacer a sus fanáticos.
“El Charro de Huentitán”, apodo por el que era conocido el fallecido cantante, a lo largo de su carrera se distinguió por su mítica frase: “Mientras ustedes no dejen de aplaudir, yo no dejo de cantar”, la cual fue pronunciada por décadas durante sus presentaciones en vivo.
Los conciertos de Vicente Fernández eran conocidos por llegar a durar varias horas, dependiendo de la disposición del intérprete y el ánimo del público presente, quienes siempre pedían a gritos más canciones.
La mítica frase de “Chente” nació en los años 70, cuando el cantante de música regional mexicana ya contaba con una importante carrera en México y en el extranjero.
De acuerdo con Vicente Fernández, una de sus frases más recordadas tuvo un origen espontáneo y accidental.
“Se me ocurrió un día en un palenque de León, Guanajuato. Antes en esos lugares se cantaban sólo tres o cuatro canciones, pero la verdad es que el público no iba a ver las peleas de gallos, sino a su artista”, confesó “Chente” para la revista TVyNovelas.
“El Charro de Huentitán” también recordó que a media presentación comenzó a hablar con su público ante la posibilidad de terminar su show debido a la petición del empresario que lo contrató.
“Aquella vez yo cantaba la cuarta canción y el empresario me pidió que me bajara del escenario. Corté y le dije al público: ‘Señores, él es el empresario y me está pidiendo que ya no cante. ¿Ustedes qué opinan? Porque mientras ustedes no dejen de aplaudir, Chente no deja de cantar’. Así nació y se volvió mi grito de batalla. Ahora canto tres horas y a veces hasta más”, comentó el fallecido artista.
Vicente Fernández estaba consciente del cariño que le tenía el público mexicano, ya que lo consideraban como el máximo exponente de la música regional mexicana y uno de los artistas más grandes en la historia del país.
“Nunca me he sentido un artista del otro mundo; siempre he creído que soy un hombre muy afortunado, porque el público me quiere como un amigo, un familiar o un ser amado. Sin embargo, nunca me he considerado un ídolo y no quiero pensarlo; prefiero ser querido por la gente y no recordado por famoso. Que se acuerden de mí como una persona de carne y hueso”, expresó “Chente” sobre el tema.
Vicente Fernández fue homenajeado en una ceremonia que duró más de 24 horas e inició el pasado domingo 12 de diciembre a las 17 horas.
Los fanáticos del cantante mexicano dieron su último adiós en el recinto Arena VFC, donde más de 11 mil personas presenciaron la emotiva despedida del emblemático charro.
Posteriormente, el cuerpo del fallecido intérprete fue trasladado en un cortejo fúnebre hacia su rancho “Los Tres Potrillos”, en Guadalajara, donde la familia y allegados de “El Charro de Huentitán” despidieron al cantante de manera privada y alejados de las cámaras.
De esta forma, Doña Cuquita, ahora viuda de Vicente Fernández, acompañada por sus hijos, nietos y bisnietos montó una última guardia de honor antes de sepultar los restos del histórico “Charro de Huentitán”.