Joaquín Orellana se inspira con un libro llamado "La muerte del General y otros relatos". Una nueva exploración de su talento creativo que hasta ahora hemos conocido más en la música.
Un destacado músico, así se ha conocido Joaquín Orellana quien a sus 88 años sigue sorprendiéndonos con su caudal creativo que asegura no puede detener.
Él considera que tiene una obsesión del ritmo y del sonido desde la niñez y sus creaciones les han llevado a transformar y descubrir nuevos sonidos, ahora presenta un libro de relatos, pero no es lo primero que ha escrito.
El nuevo libro de Orellana pertenece a una serie llamada Memoria viva, de editorial Cara Parens, de la Universidad Rafael Landívar. Esta busca ser una plataforma para dar a conocer a personalidades guatemaltecas entre escritores, poetas, arquitectos, músicos y otros destacados que reciban un tributo en vida por su obra, dice Luis Fernando Acevedo, de la editorial responsable de la serie.
El libro tiene nueve relatos. Cada uno cuenta con su fecha de creación que comienza con La muerte del general y luego entra a otros mundos y personajes como Nemesio Bardón, o Happening amargo, que trata de la historia del grande y desdichado violinista Marcel Duval, por mencionar algunos de los títulos que se encuentran dentro de esta publicación.
Lucrecia Méndez de Penedo, ensayista, crítica e investigadora, compartió sus impresiones de la obra. “Los cuentos son aparentemente realistas pero tienen un trasfondo fantástico, sea por distorsión mental o enfermedad psíquica de los personajes causada por el medio. Algunos de esos cuentos son de índole sobrenatural, eso sí totalmente fantásticos”, dice.
Joaquín Orellana expresa que se siente agradecido con todas las personas que han intervenido en esta publicación. “Algunos pensarán que es algo inusitado que alguien que ha sido conocido por décadas como un hombre que ha trasegado en el arte musical ahora aborda la literatura, pero no ha sido tan de pronto, lo que pasa es que casi no he dicho nada”, afirma.
En la ópera teatro Los cerros de Ilom, él fue el encargado de hacer la dramaturgia. Comenta que en ese entonces la obra se prohibió por el ejército y que todos pensaron que el protagonista, Manuel Corleto, era quien lo escribió, pero fue Orellana.
De igual forma escribió en el 2001 con la cantata escénica La tumba del gran lengua, que constituyó un homenaje a Miguel Ángel Asturias. En esta su nombre solo apareció como autor de la música y de la utilería sonora escultural que aparecía en la obra. Se estrenó en Europa.
Los anteriores son solo algunos de los ejemplos en los que ha fusionado música y literatura. En su haber también está la primera edición de su novela El violín valsante en el 2007.
Los relatos que plasma en este libro fueron en parte el rescate de un investigador, el profesor de química Jonathan Van Der Henst de la Universidad del Valle de Guatemala, quien encontró algunas de sus anotaciones perdidas en archivos.
Pero, el libro no solo tiene su intervención literaria. La portada y las ilustraciones de cada relato fueron creaciones de Orellana, muchas relacionadas con la música y las letras.
El próximo 23 de abril tendremos una nueva sorpresa de Joaquín Orellana, el volumen dos de esta serie con una nueva edición de su novela corta el Violín Valsante y además nos comenta que tiene otro proyecto literario en camino.
Así que el maestro nos seguirá brindando más de su talento musical y literario.
Orellana dice que ya está a la puerta su siguiente producción, una novela que se llama Sinfonía delirante, basada en el gremio musical de la década de 1940 y 1950.
Él explica que crear es una obsesión que ha tenido desde niño por el ritmo y la música, e incluso el día de su muerte seguirá componiendo…”voy a llegar con San Pedro a hacerle una Misa Solemne”, dice entre risas.
El tiraje es de 500 ejemplares y con un costo de Q37. Está a la venta en la Universidad Rafael Landívar, Sophos, Fondo de Cultura Económica y Artemis Edinter.
Joaquín Orellana ha creado más de 220 útiles sonoros o esculturas sonoras que emiten sonidos contemporáneos y que han transformado la música. No los considera instrumentos musicales en sí.
En una entrevista realizada en el 2018 y en la que se documentó el sonido de cada una de sus creaciones expresó que, “una flauta o un violín han sido fruto de una gran evolución de su manera de articular el sonido, mientras que un útil sonoro podría ser el sonido de tocar dos piedras o conchas marinas pequeñas, el fin es imaginar un sonido y darle cuerpo”.
En septiembre del 2018 Orellana impactó a la población guatemalteca al presentar por primera vez en el país, la Sinfonía desde el Tercer Mundo. Esta se había presentado un año antes en el Festival Documenta 14, en Atenas, Grecia.
Guatevisión y Prensa Libre documentaron el evento y es un momento oportuno para escucharlo nuevamente, quizá mientras lee sus relatos.
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