Ciudad Guatemala

La importancia de la vida hecha mujer en la obra de Carlos Mendoza


La importancia de la vida hecha mujer en la obra de Carlos Mendoza nos revela su reciente trabajo titulado “Cuando mueren los sueños y vuelan las flores”.

  10 abril, 2019 - 09:41 AM

Para el artista Carlos Mendoza, el origen de la exposición se encuentra en la problemática del femicidio en el país. El hecho es remarcado cuando las cifras de asesinatos de mujeres dejan de ser un dato estadístico y se convierten en una escena vívida.

El artista relata que hace unos años, a la altura de la 18 calle de la zona 1 capitalina, fue testigo del asesinato de una mujer. El hecho se dio con tal descaro a plena luz del día y en medio de la multitud; en medio del escándalo y el pavor, la mente de Carlos se llenó de imágenes, formas y sonidos que inundaron sus sensaciones, que se concentraron y fijaron por un elemento que se transformó en una expresión plástica: las flores.

Relata que los transeúntes circularon, luego de la primera impresión, alrededor de la víctima que yacía sobre su sangre. Al pasar cerca de ella, dejaban flores sobre el cuerpo, acción que el artista interpretó como una especie de ofrenda, observando la dualidad del gesto: el otorgar una flor como manifestación de afecto humano o bien, como celebración, y en su caso opuesto, una muestra de dolor y consuelo ante la tragedia.

Pasados los meses, quedaron en su mente una serie de símbolos y colores específicos que con el tiempo, se concretaron en argumentos visuales de su exposición anterior “Ofrendas Post mortem”, en la que manifestaba la tragedia de la que fue testigo.

La curaduría de Luis Escobar en la exposición

Galería el Áttico

La presente exposición da continuidad a la serie “Ofrendas post mortem”, sin pretender una repetición de los ejercicios plásticos de aquella ocasión y, al contrario, revela un desarrollo estético y formal de la puesta en escena.

La reciente producción extrae elementos del anterior relato y se convierten en composiciones de trazo firme y una monocromía muy particular, valiéndose de tintas y carboncillo, en el que los rostros a veces andróginos, recuerdan las escenas contempladas por el autor, sin llegar a ser violentas.

Al contrario, parecieran estar apaciguando la memoria de un sueño con el vuelo de las flores y las aves. Esta es la forma en que el artista vuelve poesía su entorno, transformando en vida y belleza todo aquello que pasa a través de su espíritu.

Bajo la curaduría del Director General de Galería El Attico, Luis Humberto Escobar, la muestra se encuentra presente en el Salón del Coleccionista durante el mes de marzo y parte de abril.

El espacio íntimo del salón, permite la comunicación fluida de las obras con el público, que es finalmente uno de los objetivos del artista: dar el mensaje de contenido social, tratar de concientizar mediante una expresión plástica.

Galería El Áttico

La museografía a cargo de Rubén de León, se encuentra dispuesta para generar una lectura adecuada a la obra; maneja un diálogo y armonía entre los tamaños del soporte y lo aspectos compositivos de la serie.

También puede ver: Artistas plásticos por una vida sin plástico en un festival de arte

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