Este martes, la cantante mexicana Thalía, famosa desde la década de los 80 gracias a la banda Timbiriche, publicó en su cuenta de Instagram una fotografía en donde utilizaba una cola de cabello que llamó la atención de sus admiradores.
La artista lució una cola para cabello hecha de muñecas quitapenas, tradicionales de Guatemala. En los comentarios fanes de todas partes del mundo alagaron su accesorio y preguntaban de dónde venía.
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Los guatemaltecos no se hicieron esperar y resaltaron en los comentarios el origen de estas pequeñas muñecas.
La publicación logró obtener casi 2 mil 230 “me gusta” y más de 3 mil 300 comentarios
¿Cómo se elaboran estas muñecas?
Las habitantes mujeres de San Lorenzo El Cubo, en Ciudad Vieja, Sacatepéquez, están inmersas en la elaboración de estas artesanías, para las que utilizan, en su mayoría, materiales naturales.
Brenda Córdoba es parte del 50% de mujeres de la referida aldea que se dedica a manufacturar estos muñequitos, para después distribuirlos a lugares como Chimaltenango o Antigua Guatemala, o a países como Honduras y Costa Rica, donde tienen gran demanda. Desde que nació, la vida de Córdoba ha girado en torno a estas artesanías, puesto que su madre, ya fallecida, las comenzó a elaborar cuando se casó y ella le enseñó todo lo que sabía sobre su creación.
Hay de diferentes tamaños, ya sea de una pulgada, pulgada y media, dos o tres pulgadas, y de eso dependerá el tipo de materiales a utilizar.
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Para formar el cuerpo y extremidades de los más pequeños, tanto para representar a hombres como mujeres, se utiliza cibaque (Cyperuscanus J.S), hilo de algodón de colores —producido en Chimaltenango— para unirlos y para simular la vestimenta, papel de china para cubrir el rostro y marcadores para trazar los ojos, nariz y boca. Para el cabello se emplea arena de río, que queda adherida a la cabecita con goma para carpintero.
Para cuerpo y extremidades de las muñecas de mayor tamaño, usa cibaque y alambre cubierto con capas de papel manila engomado, pero para la cabeza prefiere la esponja, que luego es cubierta con pantimedia, que facilita su moldeamiento. Para la falda, usa faja de indumentaria maya, recortada según el tamaño. Para la blusa y el pañuelo de la cabeza, usa retazos de tela de colores y para ajustar las prendas, goma e hilo de colores.
Uno de los trabajos más delicados es coserles los ojos, las cejas, la nariz y la boca, porque estos deben ser lo más simétricos posible.
Los muñecos más pequeños los introduce en bolsitas o cajitas, por lo regular, siete, “uno para cada día de la semana”, muestra Córdoba. Los diminutos objetos van acompañados con un pequeño trozo de papel con este texto en inglés o en español: “Los muñequitos de las penas de Guatemala. Hay una leyenda en las aldeas del Altiplano. Usted tiene un problema, entonces compártalo con un muñequito, mientras duerme, los muñequitos se llevarán las penas muy lejos, entonces colóquelo debajo de su almohada (sic)”. La artesana dice que, al día siguiente, hay que tirar a la basura el muñequito para que se lleve la aflicción consigo.