Los tatuajes solían ser para siempre. Ahora si te arrepientes de la tinta que llevas en el cuerpo puedes someterte a tratamientos láser.
Sin embargo, eso no significa que puedas hacerte un tatuaje sin pensar en el futuro. A pesar de que existe la opción de eliminarlo, el tratamiento puede ser caro, doloroso y supone muchas sesiones para borrar la tinta.
Por otro lado, también hay muchos aspectos sobre los tratamientos para eliminar tatuajes que no son muy conocidos. Por ejemplo, ¿sabes a dónde se va la tinta cuando la eliminan? Puedes pensar que el láser quema la piel y la tinta se desvanece, pero la realidad es muy diferente.
La tinta, al inodoro
Según una entrevista de la revista Allure con el dermatólogo Paul Jarrod Frank, lo que hace el tratamiento láser es «desintegrar las partículas de tinta en el tatuaje. Una luz de alta intensidad se dirige a la pigmentación y la disuelve, el cuerpo la absorbe y la excreta a través del sistema inmune natural del cuerpo».
El calor del láser hace que la piel se inflame, de acuerdo con Buzzfeed, y los macrófagos, las células inmunitarias que se encargan de retirar el desperdicio del cuerpo después de un trauma, los eliminan a través del sistema linfático.
En palabras sencillas, el cuerpo reconoce a la tinta de los tatuajes como un residuo y lo expulsa de tres formas: a través de la orina, el excremento o el sudor. Sin embargo, no creas que el sudor y las otras secreciones van a salir de otro color, el láser las convierte en moléculas diminutas imperceptibles al ojo humano.
Con información de: Vix Mujer