Se sabe que cantar puede ayudarnos a mejorar nuestro estado de ánimo. Pero también, investigaciones muestran que podría también ser beneficioso para nuestra salud física.
Puede hacer que mejore la respiración de las personas con problemas pulmonares y ayudar a los enfermos de demencia a lidiar con los síntomas de la enfermedad.
En las últimas dos décadas, muchos investigadores han intentado precisar los mecanismos psicológicos, biológicos y de comportamiento que vinculan el canto con la salud.
Daisy Fancourt, profesora del University College de Londres, dice que, cuando cantamos, se producen en el cuerpo una serie de cambios.
“Estos pueden incluir una reducción en las hormonas del estrés, como el cortisol. También se ven diferencias en los niveles de endorfinas, que están relacionados con nuestro ánimo”.
Efectos múltiples
Fancourt ha hecho investigaciones en profundidad sobre los beneficios para la salud de cantar y dice que sus efectos son múltiples.
“Cantar es una actividad saludable multimodal. Tiene muchos componentes. Cantar involucra expresar emociones, lo cual se sabe que es bueno para la salud mental. También da lugar a interacciones sociales que pueden ayudar a reducir la sensación de soledad”.
Incluso escuchar música tiene beneficios cuantificables para la salud.
“Entre quienes van a conciertos -sin importar si son de música clásica o de rock- encontramos niveles similares de reducción del estrés”.
Un estudio de 2011 publicado por la Universidad Christ Church en Canterbury, Reino Unido, determinó que “cantar puede ayudar a personas con problemas mentales existentes y con condiciones de salud física”.
Los investigadores añaden que “cantar en grupo puede tener beneficios sustanciales para ayudar en la recuperación de personas con problemas de salud mental serios y de larga data”.
Annabel, integrante de un coro en Alemania, dice que el impacto de cantar en su cabeza y en su cuerpo fue inmediato.
“Cuando canto es como una suerte de meditación. Me sumerjo en la música. Me siento realmente bien”.
Cada jueves, ella practica durante tres horas.
“Necesitas todo tu cuerpo para cantar. Esa es mi excusa para no ir al gimnasio”, añade.
La música, especialmente el canto, se usa como terapia para ayudar a los pacientes con demencia.
“Cuando cantamos hay una parte de nuestro cerebro que recibe más flujo sanguíneo, estas son las que normalmente se preservan en la demencia cuando muchas otras se han perdido. Estas son áreas vinculadas a las emociones”, explica el doctor Simon Opher.
El médico británico dice que escuchar canciones “realmente despierta a los pacientes con demencia y los hace involucrarse más”.
La ONG británica Mind Song envía regularmente a sus cantantes a geriátricos para alentar a cantar a sus residentes.
“Cantar en grupo tiene beneficios. Recibimos comentarios de los cuidadores que nos dicen que la gente mayor está de muy buen humor hasta el día siguiente”, dice Maggie Grady, director de terapia musical de la organización.
Mind Song también da clases de música a pacientes con problemas pulmonares persistentes que van desde asma a cáncer.
“Después de hacer cinco o seis clases de canto, algunos de nuestros pacientes muestran una marcada mejoría en la fuerza del flujo respiratorio”.
Las pruebas para evaluar el flujo respiratorio miden cuán rápido el paciente puede expulsar el aire de sus pulmones. Eso es un indicador clave en las personas con problemas respiratorios.
No sorprende entonces que pacientes que sufren de enfermedades pulmonares severas quieran cantar para mejorar su estado de salud.
Colin sufre de fibrosis pulmonar idiopática, una enfermedad que no tiene cura y que mata a la mitad de las personas que la contraen en un lapso de tres años.
Pero a pesar de la severidad de su condición, él dice que cantar lo hace sentirse mejor.
“Yo canto con un grupo de 16 personas. Me ayuda a manejar mejor mi respiración. Me hago pruebas de función pulmonar con regularidad y algunos indicadores han mejorado”.
El acto de cantar hace que el cuerpo libere endorfinas, que están asociadas con el placer.
Cantar nos obliga a hacer respiraciones profundas, que a su vez aumentan el flujo sanguíneo en el cuerpo así como el efecto de las endorfinas.
Es similar a la explosión de endorfinas que tiene lugar cuando nos reímos o comemos chocolate.
Un estudio reveló que tan solo 40 minutos después de cantar en grupo, los niveles de cortisol -la hormona del estrés- habían caído mucho más rápidamente que de forma natural.
Nuestros niveles de cortisol bajan normalmente hacia el final del día, pero cantar aceleró este proceso.
Investigaciones encontraron que los integrantes de un coro producen oxitocina, llamada también la “hormona del amor”.
Nosotros liberamos esta hormona cuando damos un abrazo, y eso exacerba los sentimientos de conexión y confianza.
Esto explicaría por qué la gente que canta en coros experimenta esta sensación de amistad.
Cantar también propicia la liberación de dopamina, un neurotransmisor común en el cerebro.
Se sabe que este neurotransmisor produce una sensación de bienestar en respuesta a ciertos estímulos como comer, o consumir cocaína.
La gente que no quiere o no se siente en condiciones de salir de su casa para ir a cantar puede sumarse a un coro virtual, para tratar de recrear el ambiente grupal.
Esta idea permite juntar a cantantes de todo el mundo que se conectan a través de tecnología.
https://www.youtube.com/watch?v=D7o7BrlbaDs
El compositor y conductor ganador de un premio Grammy Eric Whitacre dirige uno de estos coros virtuales.
Los cantantes graban y suben sus videos desde distintos puntos y él luego los combina y sincroniza en una única actuación.
Un estudio de 2017 de la Universidad de East Anglia, en Reino Unido, de cantantes que participaban en sesiones de canto semanales gratuitas descubrió que esta actividad mejoraba su humor y sus habilidades sociales.
Halló también que cantar en grupo puede ayudar a la gente a recuperarse de una enfermedad mental, y a que se sienta valorada y por ende aumente su confianza en sí misma.
Liberty Choir cuenta con un programa para prisiones en Reino Unido que ayuda a los reclusos a reintegrase a la sociedad.
“En un principio los presos se mostraban reacios, pero después de que empezaron a cantar comenzaron a hacer contacto visual entre sí y se sentían más seguros”, dice la directora de Liberty Choir, MJ Paranzino.
Paranzino dice que en los últimos 20 años ha aumentado la cantidad de gente que se suma a coros comunitarios.
“Se trata de tener un pasatiempo que te permita expresarte y donde no sientas que tienes que ser el mejor“.
Investigadores dicen que la interacción social que se produce al sumarse a un coro ayuda a también a reducir al sensación de soledad y ayuda a reforzar la tolerancia social.
A diferencia de los niños en la escuela que participan en clases de canto con entusiasmo, para muchos adultos sumarse a un coro no resulta fácil.
“El primer día que cantas es como el primer día en un trabajo nuevo. Estarás un poco fuera de lugar, quizás te comportes tímidamente. Requiere coraje entrar a un coro. Pero una vez que superas esas inhibiciones, descubrirás un mundo nuevo que es increíble”, asegura MJ Paranzino.