Una de las actividades más divertidas y relajantes del verano es disfrutar de un día entero en la piscina.
el verano también tiene su lado negativo: puede ser muy dañino para nuestro preciado cabello. Uno de los culpables es, justamente, el cloro del agua de la piscina: mientras te zambulles, chapoteas y nadas en ella, hay un montón de químicos amenazando tu pelo. ¡Pero no te preocupes tanto!
No vamos a dejar de disfrutar una soleada y calurosa tarde de verano en la piscina, ¿verdad? Sólo tienes que seguir estos consejos sencillos para proteger el cabello y ¡lista para nadar!
Mojar la melena con agua del grifo antes de meterse a la piscina puede ser muy beneficioso, pues el cabello húmedo absorbe mucho menos los productos químicos presentes en el cloro que el cabello seco. Otra cosa que puedes hacer es aplicar aceites naturales -como aceite de coco o aceite de jojoba- o acondicionador de cabello, sin enjuagarlos luego.
Como te decía en el consejo anterior, mojar el pelo antes de entrar en la pileta es un muy buen truco, pero recuerda no lavarlo con champú. ¿Por qué? Porque el champú limpia los aceites naturales del cuero cabelludo que nos sirven de protección contra el cloro, así que no te laves el cabello completamente antes de ir a la pileta.
Está claro que peinarse antes de meterse a la piscina no tiene sentido, pues el cabello se va a mojar y ¡adiós peinado! De todos modos, si tienes el cabello largo te recomendamos hacerte una trenza para una mayor comodidad, evitar que los mechones vayan a tu cara mientras nadas y prevenir los odiosos nudos que se forman en el pelo mojado. Si tienes el pelo corto, recógelo con broches o varias horquillas.
Si quieres proteger el cabello del cloro no hay nada más efectivo que usar gorra de baño, la misma que usan los que practican natación. Sí, sabemos que las gorras de baño no son elegantes, ni tienen mucha onda para una tarde de pileta con amigas, ¡pero es la mejor opción! No sólo resguardan el cabello de los daños sino que también lo mantienen completamente seco, de manera que no tienes por qué lavarlo luego.