La apifobia se relaciona al temor a las abejas, que cada vez se vuelve más común en las personas que no tienen conocimiento acerca del comportamiento de esta especie.
El miedo a las abejas puede ser creado por la experiencia que puede generar una picadura de este insecto, porque puede producir mucho dolor. Sin embargo, la idea puede convertirse en algo obsesivo en algunas personas, por lo que puede provocar miedo al observar la presencia o el simple zumbido de la abeja.
Cuando hay un trastorno emocional o psicológico que se caracteriza por un miedo intenso a un insecto o a algún objeto, se le denomina fobia. Y el miedo intenso a las abejas se llama apifobia.
La palabra, proviene del latín “apis” que significa abejas; y del griego, “phobos” que se traduce como miedo, este tipo de fobia suele aparecer en la infancia, aunque también puede desarrollarse a cualquier edad.
Hay muchos estudios que demuestran que la terapia psicológica como la “cognitiva conductual” ayudan a tratar las fobias, porque modifican aquellos pensamientos o comportamientos que provocan malestar al paciente.
Por lo general, el miedo a las abejas está relacionado con las creencias irracionales, por lo que intentar reemplazar esta imagen negativa de las abejas puede ayudar.
Lo que hay que entender es que este insecto es noble y totalmente sociable con el ser humano, si no se le molesta, no pica. Se debe evitar en lo posible hacer que se sienta amenazado.
El dato curioso es que este insecto es el responsable del cultivo del 75% de los alimentos para la humanidad mediante la polinización de las plantas y mantienen en equilibrio el ecosistema. Las flores son fuente de alimento para las abejas y éstas para garantizar los alimentos en la tierra.