Dormir la siesta quizás es una de las acciones más conocidas por los extranjeros a parte de las tapas, el sol, la playa, etc. Quien más y quien menos, desearía echarse una cabezadita para desconectar un poco del trabajo o de los días rutinarios, de los quehaceres del hogar y del cuidado de los hijos.
Ni que decir de los madrugadores lunes en los que salir de la cama parece una lucha “titánica” entre tus pensamientos, insistiendo que ya es hora de ir a la ducha y empezar el día y tu cuerpo que te pide más descanso.
Sin embargo pocas personas pueden llevarlo a cabo, sobre todo por el horario laboral. Además, cierta parte de la sociedad española piensa que la siesta es signo de pereza y se lo relaciona a personas que tienen pocas cosas para hacer.
La siesta es la costumbre de dormir o descansar durante unos 20 o 30 minutos. Aunque hay muchas personas que amplían el plazo de la siesta entre 1 y 2 horas. Un dato curioso es que hay muchos países que se echan una cabezadita de vez en cuando, por ejemplo:
En Hispanoamérica (Chile, Bolivia, México, etc.), China, Taiwán, Filipinas, India, Oriente Medio y África del Norte. En todos estos sitios del mundo, la siesta es el factor común que une a toda esta diversidad de culturas. Aunque, España es uno de los países que lleva por bandera esta práctica.
Ahora que tienes este dato, ¿qué te parece si vamos un poco más allá?, por ejemplo, saber el origen de la palabra, a quien se debe el tener este momento de descanso “diario”.
El origen de la palabra siesta provine del latín, y como te podrás imaginar es un término muy antiguo. La palabra siesta, procede de la expresión, sexta hora. Es decir, del medio día los romanos por aquel entonces realizaban esta pausa aproximadamente cerca de las 14 horas.
Dormir la siesta ya era algo positivo para los romanos. Porque era el momento de recargar las pilas y continuar la jornada con más energía y vitalidad.
Antes de dar por finalizado este apartado, queremos mencionarte que la siesta también tuvo lugar en el Islam y fue tal la importancia de la misma que fue registrada en la Ley Islámica y el libro sagrado para los musulmanes, el Corán.
Indiferentemente de la aparición de este término y de su época, la siesta también tiene una explicación biológica, y que después de tanta ingesta de alimentos el cuerpo se siente cansado y de por sí la sangre necesita descansar. En suma, los sistemas nerviosos y digestivos provocan en el cuerpo la somnolencia.
Pues bien algunos expertos en el tema dicen que el tiempo adecuado para echarse una siesta reparadora es de máximo 20 minutos, ¿es el tiempo que ocupas? Expertos consideran que 20 minutos es el tiempo idóneo para beneficiarse de la siesta, volver a estar activos y soportar toda la jornada que nos quede en el día. Este período es el que te mantendrá en la etapa más ligera del sueño no REM.
Dormir más de la cuenta provoca que te despiertes con pereza y con menos ganas de retomar la actividad de la rutina cotidiana, además de posibles problemas para dormir por la noche.
– Incrementa la creatividad
– Se mejora el estado de alerta
– Mejora el rendimiento
– Mejora el estado de ánimo
– Mejora la productividad
Como es lógico en el ser humano, cuando el cuerpo se siente descansado hay alivio y por tanto, nos sentimos mejor. Además, las tensiones que puedas sufrir se verán más calmadastras echar una cabezadita.
Otros de los beneficios atribuidos a la siesta son la mejora de la capacidad resolutiva ante los problemas y incluso el retraso del envejecimiento. Recordemos que hemos mencionado en otros de nuestros artículos que dormir activa el sistema inmunológico y esto ayuda a prevenir las cardiopatías, la reducción de la tensión arterial, etc. Como decíamos en el Día Mundial del Sueño 2017, dormir es salud porque nutre la vida.
Como hemos expuesto en el artículo, la siesta aporta muchos beneficios y estamos seguros de que te encantaría ponerla en práctica, aunque lo cierto es que pocas veces es posible, a pesar de la fama de que los espeañoles dormimos siempre la siesta: si miras los datos de la OCDE, en el que España es el cuarto país del mundo en el que más horas se trabaja. No obstante, si consigues echarte la siesta, recuerda no alargarla demasiado, ya que si dormimos demasiado tiempo es posible que nos cueste más conciliar el sueño por la noche, y que nos sintamos aletargados.
Así que no digas adiós a la siesta, ya que la tenemos bien merecida. Por último, muchos personajes que dejaron huella como Einstein se habituaron a la siesta con entusiasmo, y ¿tú empezarías a amoldarte a esta costumbre saludable?