Un menú equilibrado y la práctica regular de actividades físicas son fundamentales para adelgazar saludablemente.
Pero si, incluso haciendo algunos sacrificios, no logras bajar la panza, entonces es posible que mantengas, sin saberlo, hábitos que retardan y entorpecen tu proyecto de barriga plana.
Si mojas la camiseta en el gimnasio con series infinitas de abdominales, debes saber que la actividad, por sí sola, puede no garantizar el resultado deseado. Alternar actividades puede ser más eficiente si pretendes acabar con los kilos demás en esa región.
Hacer sólo ejercicios de cardio, por ejemplo, no hará desaparecer tu panza. Es fundamental una combinación de actividades para eliminar la grasa abdominal.
El descanso nocturno tranquilo y de calidad regula las hormonas relacionadas con el apetito y mejora el funcionamiento del metabolismo.
El estrés, por ejemplo, no contribuye al aumento de peso solo por alterar los hábitos alimenticios. El cortisol, hormona del estrés, puede además aumentar la cantidad de grasa del cuerpo, especialmente en la región abdominal.
Además de ser perjudiciales para la salud, los alimentos industrializados son uno de los principales villanos que producen la grasa abdominal.
Exageras en el consumo de grasas saturadas, como las de las carnes rojas y lácteos, que contribuyen al aumento de la grasa en las vísceras. Prefiere las grasas buenas presentes en el aceite de oliva y el aguacate, por ejemplo.
Debes saber entonces que necesitas hacer algunos cambios en tu alimentación e incluir esas opciones ricas en fibras, ya que ellas ayudan al buen funcionamiento del tracto intestinal, lo que evita el abultamiento abdominal.
Además de eliminar toxinas y combatir la hinchazón, mantener el cuerpo hidratado es importante para que el cerebro no confunda sed con hambre, haciéndote comer aún después de sentirte satisfecho.
Otro hábito que puede interponerse con la pérdida de panza, y además perjudica la salud, es el consumo exagerado de azúcar. Los alimentos dulces producen resistencia a la insulina y hacen que el cuerpo almacene más grasa en la zona abdominal.
Además de mitigar el exceso de hambre, consumirás antes las opciones saludables y te saciarás con alimentos leves y ricos en fibras, los que ayudan a combatir las grasas de la panza.
La primera comida del día garantiza energía y evita el hambre exagerada en el almuerzo, además de prevenir la ansiedad por alimentos más grasosos.