Para protegerse de los virus y las bacterias que producen enfermedades, es indispensable cuidar el sistema inmunológico.
¿Te enfermas muy seguido? Aquí está la solución para subir tus defensas.
Consumir entre 10 y 12 vasos de agua al día estimula el sistema inmunológico porque expulsa las toxinas del cuerpo.
Toma mínimo 15 minutos del día para sentarte y hacer ejercicios de respiración profunda: coloca tus manos sobre el abdomen e intenta inflar el estómago como quien infla una pelota; después espira lentamente hasta que salga todo el aire.
Al momento de bañarte, alterna agua caliente con agua fría; así estimularás la formación de glóbulos blancos.
Por sus altas concentraciones de Vitamina C, es clave para evitar resfriados. El rocío del limón ayuda a mantener las propiedades de los alimentos y evita su oxidación, lo que facilita la digestión.
No se necesita ir al gimnasio para ejercitarse. Lo importante es evitar el sedentarismo. Aprovechar cualquier momento para caminar, montar bicicleta o trotar estimula la generación de adrenalina y aumenta las defensas.
Aprovechar la luz natural es clave para no interrumpir los procesos fisiológicos que se dan durante la noche, así se recupera energía y se aumentan las defensas.
Son ricos en vitamina E y selenio que estimulan la producción de antioxidantes y favorecen su absorción.
Las carnes en general, los huevos y las legumbres aportan hierro, que es vital para que el sistema inmunológico tenga una respuesta oportuna ante enfermedades como la anemia, que debilita las defensas y aumenta el riesgo de virus e infecciones.
Con información de: Revista Cromos