Es una de las molestias más frecuentes y, aunque en la mayoría de los casos su origen es incierto, se relaciona con estrés y cansancio. Las recomendaciones sirven tanto para curarla como para prevenirla apenas aparezcan las amenazas.
Aislarse, cerrar cortinas y tomar una siesta de por lo menos una hora acaba por completo con este dolor.
Esto incluye un adecuado manejo del tiempo, dormir mínimo ocho horas al día, comer a las horas debidas y realizar algún tipo de actividad física relajante, como yoga o pilates.
Es necesario tomar pausas largas entre cada respiro, y procurar hacerlo en cuatro tiempos de manera que el cuerpo libere tensiones acumuladas.
Ingerir 500 miligramos de magnesio al día no sólo previene el dolor de cabeza sino que mantiene el cuerpo en un estado constante de relajación.
Ponerse paños de agua caliente en la nuca por varios minutos, seguido por un cuidadoso estiramiento del cuello, relajará la espalda y por consiguiente la cabeza.
Recostarse durante 10 minutos, lejos de televisores y teléfonos es una de las soluciones más básicas, ya que esto le permite al cerebro desconectarse y reprogramar sus funciones.
La cafeína, utilizada en la mayoría de los analgésicos para combatir la migraña, es más eficiente en su forma natural. Tomar una taza de café negro en la mañana ayuda a disminuir el malestar.
Tomar una taza de jengibre con el que se acompaña este tipo de alimento no sólo es delicioso sino efectivo. Sus componentes naturales combaten el dolor de cabeza.
Poner la frente directamente debajo de agua muy caliente en la ducha y 30 segundos después abrir completamente el agua fría, ayuda a que los vasos sanguíneos se dilaten y a que la sangre fluya de manera normal.
La clave está en hacer presión y masajear en dirección contraria a las manecillas del reloj, durante tres minutos, repitiendo el proceso cuatro veces.
Hacer el ejercicio de respiración conocido como el 7-1-7-1, que consiste en inhalar durante siete conteos, retener durante uno, exhalar durante otros siete y nuevamente retener por otro minuto. La clave radica en hacer esto al tiempo que se tienen los pies sumergidos en un litro de agua tibia con una cucharada de sal. Esto durante cinco minutos.