Más allá de bañarnos y tener una buena higiene, es agradable usar algún perfume y que el rico aroma se quede en nuestra piel. Sin embargo, hay ocasiones en que apenas han pasado un par de horas y ya no percibes la fragancia que te pusiste en la mañana.
Sigue estos sencillos tips para que tu perfume favorito se quede contigo todo el día.
No apliques tu perfume por todo el cuerpo, elige lugares específicos. El cuello, las muñecas, la nuca, detrás de las rodillas y los codos son algunos de los puntos recomendables, ya que ahí el pulso se siente más fuerte y son áreas corporales con más calor.
Una vez que salgas de bañarte, usa tu crema corporal de siempre y espera un par de minutos antes de usar tu perfume. De esta manera tus poros estarán abiertos y tu piel humectada, por lo que se fijará mejor a tu cuerpo. Prueba aplicar un último toque de fragancia cuando ya estás vestida, para que el aroma también se quede en tu ropa.
Además de servir como mascarilla para quitar los puntos negros, la vaselina tiene otros usos. Coloca un poco de este producto en los sitios donde vas a poner el perfume. Esto ayudará a que tu piel se mantenga hidratada y absorba la fragancia por más tiempo.
Algunas veces, aunque un perfume nos guste mucho, debemos aceptar que no es para nosotros. Si el PH de nuestra piel y la composición de la fragancia no son compatibles, difícilmente se quedará en nuestro cuerpo por mucho tiempo.
Antes de de comprar un perfume, pide que te coloquen una prueba del mismo y vigile el aroma a lo largo del día. Si detectas que al poco rato ya no está, esa fragancia no es buena para ti.
Coloca tu fragancia en un lugar fresco, seco y oscuro. De ser posible, conserva la botella dentro de su caja original, para que esté mejor protegida de la luz. Esto ayudará a que sus componentes no se evaporen tan fácil y su calidad perdure por más tiempo.