Vives una situación embarazosa y enseguida los colores comienzan a subirte al rostro, una reacción que no hace más que empeorar todo, ya que ahora tu vergüenza es pública y visible.
¿Por qué nuestro propio cuerpo nos traiciona de esta manera?
Sonrojarse es una respuesta psicológica al estrés emocional generado por una situación bochornosa, aunque también se da en otras circunstancias como cuando te enojas o incluso cuando interviene un estímulo romántico.
Charles Darwin dedicó todo un capítulo de su libro La expresión de las emociones en el hombre y en los animales a la complejidad de ciertos estados emocionales como la vergüenza, la timidez, la modestia y el ponerse colorado.
Dijo que sonrojarse era «la más peculiar y la más humana de todas las expresiones».
Es una importante señal que se da, especialmente porque es involuntaria e incontrolable. También se ha asociado a la reacción de lucha o huída, la clásica respuesta fisiológica animal ante la amenaza de un daño o un ataque, aunque en este caso ocurre ante la imposibilidad o inconveniencia de una de esas dos acciones físicas.
El estrés emocional al avergonzarse funciona como un estímulo al sistema nervioso que, comprensivo de la situación, hará que los vasos sanguíneos se dilaten y fluya la sangre hacia la piel.
Las regiones que se ruborizan, generalmente el rostro y especialmente las mejillas, aunque para algunos también puede ocurrir en las orejas, el cuello y la parte superior del pecho, tiene una estructura anatómica diferente, y es por eso que allí cobra mayor visibilidad el color rojo rosáceo.
La piel del rostro, por ejemplo, tiene mayor densidad de capilares y vasos sanguíneos. En particular en las mejillas, los vasos sanguíneos están más cerca de la superficie de la piel y son más amplios en diámetro.
Si una persona se ruboriza con frecuencia o en demasiadas circunstancias, esto puede significar que simplemente sufre de cierta ansiedad social, pero también puede conducir a una enfermedad llamada eritema idopática craniofacial, que hace necesario un tratamiento.