Por lo general, asociamos a la dislexia con problemas para escribir (como intercambiar las letras de lugar). Y sobre todo, nos enfocamos en descubrirla en niños.
Lo que no siempre tomamos en cuenta es que hay adultos que pasan toda su vida con dislexia sin saberlo. Aquí te explicamos algunas señales para identificar si eres uno de ellos.
La Asociación Internacional de Dislexia la define como un trastorno de aprendizaje caracterizado por «dificultades con destrezas específicas de lenguaje, particularmente con la lectura». Esta suele diagnosticarse durante la infancia porque es en la escuela cuando sus síntomas son más evidentes.
Un pequeño no enfrenta los mismos problemas que un adulto. Dicho desorden afecta diferentes etapas de la vida en distintas maneras. La dislexia no tiene cura y tampoco se conocen las causas exactas que la provocan. Se tiene la hipótesis de que se debe a un gen que afecta al funcionamiento del área del lenguaje en el cerebro.
Es importante recalcar que la dislexia no tiene ninguna relación con la inteligencia de las personas, sino con la forma con la cual procesan la información. También que, si presentas alguna de las características que desarrollaremos a continuación, no necesariamente tienes dislexia. Un diagnóstico correcto sólo puede conseguirse con la ayuda de un psicólogo profesional, mediante pruebas especializadas.
Existen diferentes grados de dislexia dentro del trastorno, por lo que es posible sólo presentar algunos síntomas menores que le permitan al individuo llevar una vida más o menos normal. Identificar que algunos problemas cotidianos se deben a la dislexia, permite enfrentarlos con eficiencia.
El Centro para la Dislexia Helen Arkell define las dificultades generales que puede padecer un adulto con este desorden. Al igual que los infantes, ellos también tienen problemas al comprender la idea de un texto, lo cual los lleva a no entender instrucciones y tener que revisar en varias ocasiones un mismo escrito.