Visiblemente emocionada y con la voz quebrada, la primera ministra británica Theresa May anunció el viernes su dimisión, reconociendo su incapacidad para hacer aceptar el acuerdo negociado con Bruselas y dejando al Reino Unido bajo la amenaza de un Brexit brutal.
La Unión Europea (UE) urgió este martes a Reino Unido a decir qué quiere del Brexit, después que los parlamentarios británicos rechazaran por una aplastante mayoría el acuerdo de divorcio cerrado con la primera ministra Theresa May.
En el corazón del parlamento británico, algunos diputados, agotados por los incesantes debates sobre el Brexit, han encontrado en la meditación la forma de relajarse y recargar baterías bajo la mirada del Big Ben.
La primera ministra británica, Theresa May, solicitó este miércoles una prórroga corta de la fecha del Brexit a la Unión Europea (UE), que repondió condicionando su otorgamiento a que el Parlamento británico apruebe finalmente el acuerdo que ya rechazó dos veces.
Un "guauferéndum" tendrá lugar en Londres frente al parlamento, donde miles de perros y sus amos están llamados a manifestar su oposición al Brexit y reclamar una segunda consulta sobre la salida británica de la Unión Europea.
El Parlamento británico rechazó la posibilidad de que Reino Unido abandone la Unión Europea (UE) sin un acuerdo previo.