Comenzaron a trabajar en el frío de la mañana y se movieron rápidamente, desenrollando carrete tras carrete de alambre de espino, atándolo a postes clavados en el suelo.
Un temible dinosaurio, un osito de peluche vestido con una camiseta que dice "México", una muñeca voladora, un camioncito viajero y crayones para dibujar los sueños sobre Estados Unidos: en la crudeza del éxodo, estos juguetes "salvan" a los niños durante la caravana migrante.
Joanne Stefani, de 27 años, dejó su natal Honduras hace un mes y tras viajar en una caravana migrante ha llegado, junto con decenas de transexuales centroamericanas, a la ciudad mexicana fronteriza de Tijuana (noroeste) con el sueño de obtener refugio en Estados Unidos.
Tras las elecciones de medio mandato en Estados Unidos, Donald Trump apenas ha mencionado a los "bien curtidos criminales" que conforman la caravana de migrantes centroamericanos que iban a perpetrar una "invasión" a su país.
Sin ánimo de festejo, la primera gran caravana migrante que salió de Honduras rumbo a Estados Unidos cumple este martes un mes de un camino escabroso y minado de amenazas del presidente Donald Trump, aunque determinada a alcanzar el sueño americano.
Un grupo de 350 migrantes centroamericanos llegó el martes a la frontera de México con Estados Unidos donde ya los esperaban oficiales y soldados, en tanto el grueso de la primera caravana migrante que salió de Honduras hace un mes sigue avanzando hacia el norte.